La mezzo Elina Garanca, una "walkiria" que va "provocando" de Carmen a Sapho

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 14 oct.- Elina Garanca es una walkiria, letona, pero walkiria, y no solo por su "rubiez" y su rotundo 1,80 sino porque, como las míticas guerreras nórdicas, pone todo su alma en alcanzar su "valhalla": ser una de las mejores mezzo del mundo con un repertorio provocador, de Carmen a las heroínas románticas.

Garanca (pronúnciese Garancha) acaba de editar "Romantique", con la Filarmónica del Teatro Comunale de Bolonia dirigida por Yves Abel, y ya ha tenido un gran éxito en su presentación con él en el LX Festival de Ópera de a Coruña, el pasado 5 de octubre, aunque habrá que esperar a enero a que lo lleve a Madrid, en el que será su debut en la capital, y Barcelona.

"Ir de Carmen -de la que grabó varias arias en su anterior disco, "Habaneras" (2010)- a Juana de Arco, Sapho o Dalila es una provocación, la forma de demostrar que se equivoca quien piensa que por ser rubia, alta y tener los ojos azules no 'doy' en los papeles pasionales o que estoy lejos de ser una florecilla", bromea en una entrevista con Efe.

Le costó mucho, asegura, decidirse a representar "Carmen", que estrenó con Roberto Alagna en el Metropolitan opera House, y por eso lo rechazó la primera vez que se lo ofrecieron: "no me sentía preparada pero cuando encontré la confianza descubrí lo romántica que era esa mujer y que su dureza aparente no era más que autodefensa", dice.

Quiso hacer "Romantique", que ha estado preparando durante dos años, por el mismo motivo que ha hecho todos los demás: notó "algo" en el estómago que no podía ignorar.

La mezzosoprano (Riga, 1976), que vive en Benalmadena junto a su marido, el director de orquesta gibraltareño Karel Mark Chichon, y su bebé, Caterina, de un año, asegura que es una mujer fuerte pero que también puede ser "muy débil y gentil".

La selección de las arias de "Romantique", explica, la realizó mientras estaba embarazada y por eso, argumenta, pertenecen a mujeres "muy femeninas, fuertes y profundas", como ella misma se sentía.

A lo mejor también eso explica, se ríe, por qué su hija tiene el sentido musical "sensacional" que tiene aunque, admite, apunta más "querencia" por la música sinfónica de su padre que por la lírica de su madre.

Su voz, anuncia, está "madurando". Ahora es un poco más oscura, "mórbida, suave y femenina", como sus heroínas, aunque cada una se mueva en una tesitura psicológica distinta: sometidas, celosas, apasionadas, inocentes...

Dalila ("Samson et Dalila", Saint-Saens), detalla entre las nueve heroínas escogidas, es la calculadora; Margarita ("Faust", Gounod), la ingenua, la inocente; Saba ("La reine de Saba", Gounod), la obligada; Sapho ("Sapho", Gounod), la desesperada y Juana de Arco la heroíca ("Orleanskaya deva", de Tchaikovsky) aunque sus favoritas son Sapho y Margared ("Le Roi d'Ys", Lalo).

"Es que el sentimiento más fuerte es el amor, con todo lo que eso lleva: un par de maletas abarrotadas con absolutamente todo", justifica.

Tiene contratos firmados hasta 2018 pero ninguno con el Real, a pesar de que su director artístico, Gerard Mortier, la ha escuchado ya muchas veces y tiene la certeza de que le gusta.

El "problema" quizá radique en que en esta época de recortes en el coliseo madrileño su caché no es "abordable", según ha precisado en declaraciones a Efe el propio Mortier.

En cualquier caso, apunta Garanca, ella se planifica cada temporada para tener, en un supuesto total de 50 actuaciones, 25 de ópera, que son las que le dan "el prestigio, el nombre", 20 conciertos "de arte" y 5 ó 6 galas "puramente alimenticias".

"Nuestra vida no es un paraíso. En una ópera que tenga cinco funciones por ejemplo, las dos primeras son enteras para pagar hotel y avión y la comisión al agente, y una entera para impuestos", relata.

Tras el concierto que dio anoche en París viajará a Nueva York para interpretar, en el Metropolitan, el papel de Sesto, en "La clemenza di Tito", de Mozart.

"Será la última vez en mi carrera que lo haga -se grabará en DVD- Ya es tiempo de emprender papeles más dramáticos", adelanta.

En enero hará "una gira muy importante" por Suiza, Austria y Alemania, hará de Dido, ("Les troyans", Berlioz), en la Deutsche Oper, y volverá a ser Carmen al lado de Roberto Alagna en l'Opéra d'Etat de Viena, entre otros muchos proyectos.

Su compromiso es seguir con el repertorio de bel canto hasta 2016, cuando interpretará "La favorita", de Donizetti, en Barcelona, y entonces, "ya con los 40 encima", será cuando empiece con papeles tan dramáticos como Eboli ("Don Carlo", de Verdi), que cantará, "con todo el alma", la temporada 2017-2018.

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