Mery Perelló o cómo durar 14 años con uno de los mejores tenistas de la historia

  • La joven de 31 años es el mejor apoyo para Rafa Nadal y nunca le ha fallado en tantos años de semejante exigencia deportiva.
Rafa y Xisca
Rafa y Xisca
EFE

Este sábado, una de las parejas más longevas del panorama deportivo nacional sellará su amor con una boda por todo lo alto en la tierra que les vio nacer, Mallorca. Rafa Nadal, uno de los mejores tenistas de la historia, y Mery Perelló se darán en sí quiero en una ceremonia ante unos 500 invitados en una fortaleza encima del mar que garantizará la privacidad que tanto cuidan y valoran en su vida. El Rey Juan Carlos y la Reina Sofía estarán entre los privilegiados que asistirán al evento, además de los tenistas más famosos de España y numerosas personalidades públicas.

Pero, lo que ocurra dentro de Sa Fortaleça, no saldrá de allí. Al menos, públicamente. Rafa y Mery no venderán una exclusiva ni nada parecido -no les hace falta, pues el tenista es uno de los deportistas más ricos del mundo con un patrimonio estimado por 'Forbes' en unos 300 millones de euros y numerosos negocios al margen del tenis- y lo que se sepa será por las típicas filtraciones que suceden en estos eventos o si los novios deciden compartir algún detalle en las redes sociales.

En resumen, una boda que refleja a la perfección la forma de vida de la pareja. Rafa y Mery son muy escrupulosos con su privacidad y la discreción ha caracterizado los 14 años que llevan juntos. Ninguno ha concedido nunca una entrevista en los medios hablando de su relación ni han dicho palabra alguna. Sobre todo Mery, quien siempre ha preferido estar en un segundo plano apoyando a su novio en la intimidad, aunque siempre que puede va a animarle en la grada.

Ese puede ser precisamente el secreto para llevar media vida con el mejor tenista español de siempre. Rafa y Mery empezaron siendo adolescentes y, en estos 14 años, su relación ha ido madurando al mismo ritmo que ellos, aunque su vida ha cambiado por completo. Ahora, a sus 33 y 31 años, respectivamente, se han lanzado a dar el paso que otras parejas hubieran dado mucho antes. Si bien, ellos han preferido ir a su ritmo y casarse ahora, cuando ambos han triunfado en sus respectivas carreras y ya no son unos niños.

Enamorada del hermano de su amiga

Mery y Rafa se conocieron por medio de Maribel, la hermana del tenista, ya que iban juntas al colegio. La joven, que ahora tiene 31 años, es hija de Bernat Perelló un conocido constructor de Manacor, localidad de la que proceden ambos y donde se fraguó su amor siendo apenas unos niños y Rafa empezaba a dar sus primeros pasos en el tenis profesional.

Cuando Mery se mudó a Palma para estudiar Administración y Dirección de Empresas en la UIB (Universidad de las Illes Balears) compartió piso con la novia de un amigo de Rafa. Eran los tiempos del despegue del tenista y ella apenas aparecía por las pistas, ya que estaba centrada en su carrera y no quería que sus estudios se vieran perjudicados por seguir a su novio por todo el mundo. Para eso, ya habría tiempo.

Una vez finalizó sus estudios, la joven empezó a hacer prácticas en diferentes empresas, entre las que destaca Endesa. Pero en 2010 se marchó a vivir a Londres para trabajar en la empresa IMG, que estaba vinculada a Rafa. Ahí se empezaron a unir sus caminos profesionales, pues después estuvo en Mapfre, uno de los principales patrocinadores de Nadal. En todos estos años en algunas de las mejores empresas en diferentes departamentos de marketing, Mery ya entró de pleno a trabajar con Rafa, pero, de nuevo, en un segundo plano.

Porque no forma parte de su 'staff' ni recorre el mundo con él, sino que se ocupa de algo que han construido entre ambos, la Fundación del tenista. Es directora de Integración Social de dicha entidad, que tiene sede en Barcelona y dirige su suegra, Ana María Parera. Así, su vida discurre entre la ciudad Condal y Mallorca, donde la pareja tiene establecida su residencia en el chalet que el tenista compró en 2013 en Porto Cristo, Manacor. Una impresionante mansión con un terreno de más de 7.000 metros cuadrados que le costó unos 4 millones de euros.

Así, ambos han mantenido su hogar en 'su hogar', valga la redundancia. Porque en lugar de mudarse a un país extranjero -con mejores condiciones fiscales para los deportistas de élite, como hacen otros-, Nadal ha preferido quedarse en casa y seguir anclado a sus raíces. Algo que en buena medida explica el éxito de su carrera, ya que siempre ha mantenido el mismo entorno.

Discreción, apoyo y vida independiente

De este modo, Mery Perelló lleva media vida junto a una estrella del tenis que ha pasado por momentos de gloria y también complicados. Las lesiones han sido el caballo de batalla de Nadal en los últimos años, y uno de sus grandes apoyos para salir adelante ha sido su novia. Igual que ha pasado en las épocas buenas, pues la mallorquina no se ha perdido ningún título importante de los últimos cinco años desde la pista.

Sin querer acaparar ningún foco y manteniendo su vida de forma independiente, Mery ha sabido tener la paciencia necesaria para sobrellevar la presión que siente un deportista de élite, y más de la categoría de Nadal, y hacer que su relación no dañe. Nunca ha habido rumores de crisis ni rupturas entre ellos y la estabilidad ha marcado su relación. El hecho de vivirla en la intimidad ha sido fundamental para guardar ese equilibrio.

Además, se han rodeado siempre del mismo círculo de amigos, conocidos de toda la vida, que jamás les han fallado ni han filtrado nada sobre ellos, pues son alérgicos a la prensa como demuestra el enfado tan grande que cogieron cuando se supo de su compromiso hace unos meses. La distancia cuando Rafa ha salido de gira por mucho tiempo tampoco ha sido un problema, es más, ha sido necesaria para que cada uno pudiera crecer profesionalmente y poder estar realizado. Por ello, es ahora cuando se convertirán en marido y mujer seguros del paso que darán y habiendo cumplido las etapas que la vida les ha ido marcando.

Mostrar comentarios