París y Montpellier se rinden al arte de Odilon Redon, precursor surrealista

  • París.- Las ciudades de París y Montpellier se han rendido al arte del pintor Odilon Redon, que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX y es considerado como uno de los precursores del surrealismo, para dedicarle sendas exposiciones hasta el próximo otoño, las primeras en Francia desde 1956.

París y Montpellier se rinden al arte de Odilon Redon, precursor surrealista
París y Montpellier se rinden al arte de Odilon Redon, precursor surrealista

París.- Las ciudades de París y Montpellier se han rendido al arte del pintor Odilon Redon, que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX y es considerado como uno de los precursores del surrealismo, para dedicarle sendas exposiciones hasta el próximo otoño, las primeras en Francia desde 1956.

En la capital francesa, el Grand Palais reúne hasta el próximo 20 de junio 180 creaciones de este artista nacido en Burdeos en 1840, interesado por la literatura, los sueños y el subconsciente, famoso primero por sus dibujos y litografías en blanco y negro, sus célebres "Noirs" (Negros), antes de ser aclamado por sus cuadros y luminosas obras pintadas al pastel.

Después de París, Montpellier continuará la muestra del 7 de julio al 16 de octubre próximos, para mostrar en el Museo Fabre las telas, dibujos, pasteles, grabados y litografías, también algunas piezas de mobiliario, de este artista que evolucionó del claroscuro y la sombra hasta el color y la luz, y que trabajó a contracorriente de su época.

Interesado como estaba en los misterios de la existencia, cuando entre sus colegas y coetáneos primaba la objetividad y lo real, pasión que le convirtió en una figura clave en la génesis del simbolismo y del surrealismo.

Los pintores Nabis y Fauves, grandes amantes del color, como él a partir de 1890, admiraron sobremanera a este artista que París y Montpellier se proponen redescubrir, pues la última retrospectiva de que fue objeto en territorio francés tuvo lugar en L'Orangerie, en 1956.

Más recientemente, Redon recibió el tributo debido en 2007 en Fráncfort (Alemania), y en 1994 en Chicago (EEUU) y Londres.

La exposición de París sigue un recorrido cronológico y gracias a documentos inéditos explorados en profundidad, en particular su "Livre de raison", permite comprender mejor la obra y la trayectoria de un artista que también a diferencia de los impresionistas no tuvo que afrontar severas penurias económicas.

Los comisarios dividieron en tres etapas la evolución estilística del pintor, fallecido en 1916, tres años después de mostrar en Nueva York un amplio y celebrado panorama de su obra.

La primera fase se cierra al inicio de los años 90 del siglo XIX, y pasa por su primera antología de tonalidad ya simbolista, "Dans le Rêve" (1879), época en que Redon plasma con sus negros aterciopelados las obras de Darwin, Edgar Poe y Goya.

Sin abandonar la temática onírica, la última década del siglo XIX es un viaje hasta el color y el pastel, técnica magistral en sus manos, y también hacia la amistad con Mallarme y Gauguin.

A partir de 1899 y a lo largo de las casi dos décadas que le quedan por vivir, Redon se dedicará a la creación de obras de mayor formato, como sus ramos de flores, increíbles estallidos de color y luminosidad en sus manos, al igual que sus retratos de Cristo o de Buda.

Es también la época de grandes obras maestras poco conocidas, como sus pinturas murales para Robert de Domecy, reconstituidas en sus dimensiones originales en la exposición del Grand Palais, o las creadas para la Abadía de Fontfroide, que podrán verse excepcionalmente durante la exposición de Montpellier.

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