Roemmers, el empresario poeta, le regaló "una caricia poética" al Papa

  • Víctor Usón.

Víctor Usón.

Madrid, 17 oct.- Capaz de compatibilizar la poesía con el mundo empresarial, el argentino Alejandro G. Roemmers se acercó el pasado 18 de septiembre a un Papa que él mismo define como "cercano, sencillo y opuesto a la adulación" para regalarle un poema que fue, según le comentó Jorge Bergoglio, "una caricia de la poesía".

"Él se emocionó, le gustó, me abrazó y me dijo: 'mira parece una caricia de la naturaleza y de la poesía más que palabras'. La verdad que es una cosa muy suave, muy sutil, que te va envolviendo, traté de crear un clima franciscano de emoción", ha asegurado Roemmers en una entrevista con Efe.

"Un regalo para Francisco" es el nombre de esta poesía en la que ofrece "una meditación", una reflexión sobre la creación y la naturaleza que le permitió obsequiar al Papa con el único regalo que era capaz de realizarle.

"(El Papa) Tiene una gran sensibilidad, una gran delicadeza. Había pensado en escribirle algo pero es muy difícil porque no puedes ponderarlo, no se lo tomaría a bien, ya que es una persona muy sencilla, no le gustaría nada que se pudiera parecer a la adulación", sostiene este escritor que guarda "enorme fe" en Dios.

Autor de libros como "El regreso del joven Príncipe" (Planeta) y de los poemarios "Soñadores", "Ancla" y "Fugaz", Roemmers acaba de publicar en Argentina "La mirada impar" (Prosa), un libro de poesía en el que, además del poema dedicado al Papa, se recogen aquellas experiencias vitales que le han "seducido" a este empresario.

"Toda la poesía tiene que ver con mi vida, no escribo porque sí, si no escribiría novelas de entretenimiento. Siempre escribo aquello que me emociona de una manera especial, cosas que voy aprendiendo en la vida", argumenta este escritor nombrado Embajador de las Letras Argentinas por la Sociedad Argentina de Escritores.

Precisamente este poemario es una mirada impar porque es su mirada, una visión única y personal de este mundo, cargada de esa "espiritualidad" que le acompaña en su vida. Su fe y su religiosidad se ven reflejadas en las poesías que dirige a un Dios que no concibe como una idea "lejana o filosófica, sino como una presencia muy cercana que está en nuestras vidas".

"La mirada impar es porque cada uno tiene una mirada especial de la realidad, cada uno tiene una pincelada, una nota de la gran sinfonía de la humanidad. Si cada uno compartiese su mirada individual, sin sentir que esa es la única, ni la verdadera, tendríamos un cuadro mucho más rico y completo de lo que es la humanidad y la creación", defiende.

Aunque de joven soñaba con dedicarse a la filosofía y la escritura, su familia demandaba que se hiciese cargo del negocio familiar, un camino que se vio obligado a tomar y que ahora trata de impregnar del espíritu de esa poesía capaz de "conectar con la bondad".

"Hace falta la poesía en todos lados, me han llamado de algunas universidades, incluso de Harvard, porque dicen que es muy raro que un empresario sea poeta. En las empresas, el ser humano da lo mejor de sí mismo cuando está en un proyecto que le representa, que le hace sentir bien, es muy importante la parte humana y la poesía es una forma de conseguirlo", defiende.

Cargado de sencillez, "La Mirada Impar" recoge poemas que reflexionan sobre la religión, el orgullo que en ocasiones domina al género humano, o que se acercan a la religión.

En él también se incluye uno dedicado a su hermano, que fue escrito un día después de que perdiese la vida en un accidente, un texto que le permitió "refugiarse y buscar consuelo" y que hasta ahora había preferido guardar.

Religión, literatura y empresa se mimetizan en la vida de Roemmers, todas ellas cargadas de ese halo de espiritualidad que desprende su poesía, porque "lo importante más que escribir, es vivir poéticamente y eso no lo voy a dejar nunca", afirma.

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