Madrid, 8 oct.- Dos vuelos entre Madrid y Tinduf (Argelia) con 200 personas a bordo y toneladas de ayuda llegan esta noche "al desierto de los desiertos", el campamento de Djala donde viven desde hace 38 años 30.000 refugiados saharauis para poner en marcha el X FiSahara, el festival de cine que se celebra entre dunas.
Desde que el pueblo saharaui fue expulsado de sus tierras al borde del mar más de 120.000 mujeres, hombres y niños viven hacinados en campos de refugiados en Argelia, en los alrededores de Tinduf, víctimas de un contencioso que se estancó en los años 70 y que tiene pendiente la celebración de un referendo, por mandato de la ONU, que les daría la autodeterminación.
Dajla es uno de los cinco asentamientos donde los saharauis encontraron refugio tras ese éxodo, uno de los más alejados de su lugar de origen, y el único que cuenta con un festival de cine por el empeño personal de las gentes del cine español.
Desde mañana, las jaimas se llenarán de personas solidarias, como los bibliotecarios del proyecto "bubisher.com", que llevan cinco años enviando libros a los campamentos, y un buen puñado de periodistas que transmitirán la inmersión de este pueblo en la normalidad a lo largo de estos cinco días.
El festival incluye talleres de cine y radio, también específicos para niños, y una selección de cintas de temática árabe, así como algunos de los éxitos familiares más taquilleros del año, entre ellos, "Oz, un mundo de fantasía", "Asterix y Obelix al servicio de su majestad", o "Wagda, la bicicleta verde".
Y, además, el tsunami de "Lo imposible" y el océano mágico de "La vida de Pi", que refrescarán las noches saharauis de cine al aire libre, con proyecciones sobre pantallas móviles instaladas en camiones, el suelo por butaca y el cielo del desierto por tejado.
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