Alerta en España: se seca Doñana, uno de los mayores acuíferos de Europa

El parque natural de Doñana, en el sur de España, un Patrimonio Mundial lleno de lagunas, bosques, playas cristalinas y dunas que acogen más de 4.000 especies, se ve cada día más amenazado por la mano del hombre, advierte la asociación WWF.

En un informe publicado el jueves, el Fondo mundial para la naturaleza asegura que las marismas de Doñana, en la costa sur del país, refugio crucial para las migraciones de pájaros entre Europa y África, reciben sólo una quinta parte del agua que necesitan, debido a cultivos ilegales.

Otras amenazas se ciernen sobre la reserva: actividades mineras, almacenes de gas y un plan de dragado... son tantas que podrían situar el próximo año a esta Reserva de la biosfera de la Unesco en la lista de reservas en peligro, señala la entidad en un informe.

"Cuando tú a un ecosistema le empiezas a sumar problemas y amenazas por todos los lados, puede que un día te despiertes y este sitio ya no sea lo que tenía que ser. Es lo que está ocurriendo con Doñana", explica a la AFP Juan Carlos del Olmo, director de WWF en España.

Las marismas de Doñana, en la región de Andalucía, ocupan más de 100.000 hectáreas, una superficie similar a la de la venezolana isla de Margarita.

Sin embargo, sólo una parte de ella goza del estatuto de parque nacional y Patrimonio Mundial --y de la elevada protección consecuente--, mientras que el resto constituye una reserva natural donde están permitidas actividades como la agricultura sostenible.

En esta reserva y sus áreas colindantes producen el 70% de las fresas de España y el sustento de muchas familias depende de estos cultivos, asegura WWF.

Pero la entidad denuncia que en los últimos años aparecieron un millar de pozos ilegales y 3.000 hectáreas de conreos ilícitos.

Esto, sumado a modificaciones de los cursos fluviales para mejorar la navegación y la agricultura, están secando la reserva.

"Más del 80 por ciento de la marisma se ha perdido desde el principio del siglo XX, junto con el 90 por ciento de las lagunas estacionales poco profundas", advierte WWF.

Al peligro de sequía, se le suma un plan de dragado el río Guadalquivir para hacerlo más profundo y permitir la navegación de buques mercantes y cruceros corriente arriba hasta el puerto de Sevilla.

El proyecto, que según los ecologistas puede alterar el ecosistema y aumentar la cantidad de agua salada en las marismas, fue suspendido por el Tribunal Supremo español pero el gobierno todavía no lo ha cancelado, subraya Del Olmo.

Además, la compañía energética Gas Natural Fenosa recibió permiso para utilizar reservas naturales de gas agotadas en esa zona como almacenes subterráneos, lo que podría implicar la construcción de gasoductos en ese frágil ecosistema.

La compañía explica que en otros lugares se desarrollaron iniciativas similares con seguridad, incluso en espacios protegidos como el parque natural de Luberon en el sudeste de Francia.

"El proyecto implementa medidas de protección medioambiental que permiten asegurar una afección ambiental mínima", señala su portavoz Luis Ignacio Alonso, destacando que los gasoductos seguirán caminos y cortafuegos existentes y que los trabajos se pararán durante la época de apareamiento.

El último de los frentes es la reapertura de la cercana mina de Aznalcollar, que en 1998 causó uno de los peores desastres ecológicos de España al explotar una presa y verter residuos tóxicos al río que no alcanzaron por poco la reserva.

"Los residuos soltados de la presa equivalían al contenido de 2.000 piscinas olímpicas y tras el vertido se encontraron alrededor de 30.000 kilos de peces muertos", recordó WWF.

En su informe, la asociación ecologista pide tomar varias medidas como la suspensión del plan de dragado del Guadalquivir o el cierre de los conreos ilegales.

El ministerio español de Medio Ambiente respondió que cada proyecto está sometido a un "riguroso" estudio de impacto ambiental y destacó la inclusión de estas marismas en la lista verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que reconoce la buena gestión de espacios naturales.

El gobierno trabaja "para acabar con la sobreexplotación de los acuíferos de Doñana y solucionar el problema de la falta de agua", añadió.

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