Abe ha hecho el anuncio durante una rueda de prensa conjunta con la consejera de Estado birmana, Aung Suu Kyi, que se encuentra en Japón de visita oficial. El objetivo de su visita es buscar nuevos inversores internacionales y fortalecer sus relaciones con algunas de las principales potencias mundiales.
En los últimos meses se ha producido una oleada de violencia en el estado de Rajine, en el norte del país, donde los militares han tenido que desplegarse para poder hacer frente a la disidencia de los musulmanes rohingya, una minoría que sufre discriminación y abusos por parte del resto de la población. El Gobierno birmano justifica la intervención militar en la región alegando que los rebeldes rohingya tienen vínculos con Estado Islámico.
Los habitantes de la región y varios grupos de Derechos Humanos han denunciado que se han producido graves abusos por parte de las fuerzas de seguridad, incluidas ejecuciones extrajudiciales. Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. El Gobierno birmano los considera inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh y ni siquiera les concede el estatus de ciudadanos.
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