Cuando arrestaron a Ana Julia Quezada tenía arena en las manos y en la sudadera

Cuarto día de juicio de Quezada
Cuarto día de juicio de Quezada
EFE

Los investigadores ponen de nuevo contra las cuerdas a Ana Julia. En la cuarta jornada del juicio por la muerte de Gabriel se ha enfrentado a testimonios difíciles de refutar. Los focos de las sospechas empezaron a caer sobre ella en el momento en el que deja la camiseta del pequeño. Los guardias civiles que declararon ayer la dibujaron como una persona fría y calculadora. Al inicio del juicio de hoy se ha conocido que en el momento en el que fue detenida llevaba tierra en las manos y en la sudadera

Los agentes han relatado el funcionamiento de los micrófonos dentro del vehículo. Uno se activó cuando se introdujo el cuerpo en el maletero y grabó la primera secuencia de palabras, y posteriormente cuando cerró el portón la acusada, se registró un sonido "compatible" con la limpieza de las zapatillas de la acusada y el resto de frases manifestadas.

Un agente da los detalles del momento en el que decide trasladar el cuerpo del niño desde la finca de Rodalquilar.  "Primero aparta las maderas, luego vuelve al vehículo y  abre el maletero y del asiento del conductor saca una manta". A continuación vuelve hasta el lugar en el que escondió el cuerpo  y "tras unos minutos agachada, levanta el cuerpo y lo traslada llevándolo acunado en sus brazos". 

Dicho día, han añadido, la acusada de matar al niño Gabriel dejó a Ángel Cruz, padre del menor, en Las Negras, en Níjar (Almería), y después se fue en su vehículo a la finca de éste en Rodalquilar, también en Níjar, en donde estaba enterrado el niño. Al llegar allí intentó abrir la finca varias veces sin conseguirlo, realizó una llamada y, tras permanecer unos minutos jugando con su perro, accedió a la zona de la alberca en la que había enterrado al niño.

El investigador relata que "le cuesta levantar el cuerpo, lo mete en el maletero y se monta en el vehículo. A continuación sube al perro y sale de la finca". Ahí empezaría a conducir de forma ilógica " hasta que llega a Vícar, donde es detenida. Al interceptar el vehículo se le indica que "pare el motor y abra el maletero". Al hacerlo se confirma que "hay un niño". En el momento en el que es detenida "tenía las manos y la sudadera llenas de tierra" al mismo tiempo que asegura "Ángel (Cruz), te quiero mucho, yo quiero a Gabriel, mi perro está dentro (del coche)". 

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