Ban condena los dos atentados contra la población chií en Afganistán

  • El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó hoy "en los términos más enérgicos" los atentados contra la comunidad chií en Kabul y en la ciudad norteña de Mazar-i Sharif, que causaron más de sesenta muertos en una de las jornadas más sangrientas vividas en Afganistán en la última década.

Naciones Unidas, 6 dic.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó hoy "en los términos más enérgicos" los atentados contra la comunidad chií en Kabul y en la ciudad norteña de Mazar-i Sharif, que causaron más de sesenta muertos en una de las jornadas más sangrientas vividas en Afganistán en la última década.

"El secretario general está profundamente entristecido a causa de los atentados de hoy en Kabul y Mazar-i Sharif, que dejaron decenas de muertos y heridos entre la población civil afgana", dijo el portavoz de Ban, Martin Nesirky, ante la prensa en la sede central de la ONU en Nueva York.

El máximo responsable de Naciones Unidas condenó "en los términos más enérgicos" los ataques "indiscriminados" perpetrados contra civiles chiíes que se congregaban para celebrar su día más santo, "Achura", que conmemora la muerte de un nieto del profeta Mahoma.

Ban envío además, mediante su portavoz, sus condolencias a los familiares de los numerosos fallecidos así como de los heridos.

El atentado de Kabul fue perpetrado por al menos un suicida y se produjo a mediodía (hora local) en la mezquita Abú Fazl, en el área de Murat Khani, en el sur de la capital afgana, mientras que minutos después se produjo una explosión contra fieles chiíes en la plaza de Alokozai de Mazar-i-Sharif, capital de la provincia de Balkh.

Al menos 62 personas murieron y 135 resultaron heridas en ambos atentados de tinte sectario, dirigidos contra los chiíes, rama minoritaria del islam, y que no son habituales en Afganistán, a diferencia de otros países musulmanes como Pakistán e Irak.

La milicia talibán se ha desvinculado de los ataques y ha condenado los atentados en un comunicado enviado a los medios en el que aseguró que su movimiento "no permite atacar a afganos en nombre de su religión, tribu o procedencia".

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