Bloques de hormigón y bunkering abren 2 frentes ambientales entre España y RU

  • El lanzamiento de 70 bloques de hormigón al mar y la práctica del controvertido "bunkering", o suministro de combustible mediante gasolineras flotantes, han abierto dos frentes medioambientales en Gibraltar que enturbian las relaciones entre España y el Reino Unido en las últimas semanas.

Madrid, 14 ago.- El lanzamiento de 70 bloques de hormigón al mar y la práctica del controvertido "bunkering", o suministro de combustible mediante gasolineras flotantes, han abierto dos frentes medioambientales en Gibraltar que enturbian las relaciones entre España y el Reino Unido en las últimas semanas.

Los bloques lanzados al mar por las autoridades gibraltareñas el pasado mes de julio con la pretensión de crear un arrecife, además de impedir la pesca local artesanal, amenazan la diversidad del fondo marino en una zona de especial interés medioambiental, como es la bahía de Algeciras, según el gobierno español.

El "bunkering" -el suministro de combustible de barco a barco- es una actividad económica que, sin las garantías suficientes, puede comportar un alto riesgo de vertidos en el mar, máxime en una zona por la que transitan casi 100.000 buques al año, han denunciado reiteradamente los ecologistas.

Fuentes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) consultadas por EFEverde, han recalcado que los bloques "se han lanzado en aguas españolas, sin respeto a la normativa vigente (...) sin evaluación y sin autorización".

Las autoridades del Peñón afirmaron en el momento del lanzamiento que su objetivo era la creación de un arrecife artificial.

Sin embargo, las fuentes consultadas han aseverado: "En lo que respecta al Ministerio no existe un proyecto (de arrecife artificial), sino sólo un vertido (de bloques) no autorizado en el mar, que destruye, además, un caladero de pesca".

La creación de arrecifes artificiales, algunos con bloques de hormigón, es una práctica muy extendida en España, con, al menos, 137 identificados en el último inventario del MAGRAMA, que puede destinarse a la protección ambiental, la marina mercante, el ocio o la pesca.

Los arrecifes artificiales requieren, para su concesión, un proyecto de instalación que incluya "la afección al medio natural, posibles hábitats y especies protegidas", han puntualizado desde el departamento que dirige Miguel Arias Cañete.

"Si hay una afección clara a la pesca, no se otorga la concesión", que precisa un título de ocupación del dominio público marítimo-terrestre, apuntan las citadas fuentes.

Además, los bloques de hormigón se han hundido a 220 metros de distancia de una Zona Especial de Conservación (ZEC) -"Estrecho Oriental"- registrada por España en la Directiva de Hábitats de la Unión Europea, para su cuidado y protección.

La ZEC "Estrecho Oriental" protege una superficie marina de 23.641,82 hectáreas frente a la costa de Cádiz, el este de la bahía de Algeciras hasta el mar de Alborán, con un límite exterior de 7,4 millas náuticas y baña el litoral del municipio de La Línea de la Concepción hasta el extremo occidental de la península de Gibraltar.

"No se han tenido en cuenta posibles afecciones a la ZEC, que se encuentra muy próxima (220 metros), se incumplen la Ley de Costas y la Ley de Medio Marino, y no hay garantía de que en la zona no haya especies protegidas", recalca el Ministerio, que ha interpuesto una denuncia por posible delito medioambiental.

Ecologistas en Acción, que sigue desde Algeciras la evolución del incidente, ha corroborado a EFEverde que los bloques se han tirado al mar "sin consenso" y con el perjuicio de los pescadores como primera consecuencia.

Dolores Illescas, portavoz del grupo, ha precisado que los bloques están en las aguas del Peñón que Gibraltar reclama, a poca profundidad y cerca a la costa, donde la pesca artesanal extrae principalmente mariscos, moluscos y "voraces" del Estrecho (Pagellus bogaraveus), muy apreciados en el mercado.

"No sabemos cuál es el propósito del lanzamiento y aunque nos preocupa, es más peligroso el continuado abastecimiento de combustible desde plataformas flotantes en plena bahía, permitido desde hace años", ha subrayado.

Ecologistas defiende que en esta "polémica con fines políticos", el medioambiente no se debe utilizar "como una cortina de humo" y han aprovechado para recalcar la irregularidad del denominado "bunkering" desde las "gasolineras flotantes gibraltareñas".

La protección ZEC incluye una prohibición del suministro de combustible desde barcos fondeados en el espacio protegido y su área limítrofe, considerada "zona restringida para el vertido".

El propio titular del MAGRAMA, Miguel Arias Cañete, declaró ayer semana que pretende "endurecer" las sanciones contra el "bunkering" en la ZEC de las aguas de la bahía de Algeciras, próximas al Peñón y cambiar la legislación española de sanciones ambientales para elevarlas a las de la Unión Europea.

El objetivo, dijo Arias Cañete, es actuar con "mucho más rigor" contra las empresas que tengan buques como gasolineras flotantes.

En aguas de la Bahía de Algeciras, según datos de la Verdermar-Ecologistas en Acción, operan cuatro compañías de "bunkering" con base en Gibraltar: Vemaoil (que vende el 38,5 % del total), con gasolineras flotantes como el "Vemaspirit"; Cepsa (que vende el 30,82 % del total); Aegean Bunkering (el 27,14 %), con gasolineras flotantes como el "Aeolos"; y Bunkers (que vende el 3,49 %), con gasolineras flotantes como el "Jacques Jacob".

Según esta organización, "gasolineras flotantes que almacenan hasta 300.000 toneladas de combustible fondean todos los días, al este y entre el Nort Mole y la bocana de Gibraltar".

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