Crisis en Mali, una solución entre el diálogo y la guerra

  • Ansar Al Din y el Movimiento Monoteísmo y Yihad en África Occidental (MYAO), dos de los grupos extremistas que controlan el norte de Mali, parecen mantener discrepancias sobre la línea de actuación que se ha de seguir, en particular ante la intervención de una fuerza internacional en la zona.

Idrissa Diakité

Bamako, 10 nov.- Ansar Al Din y el Movimiento Monoteísmo y Yihad en África Occidental (MYAO), dos de los grupos extremistas que controlan el norte de Mali, parecen mantener discrepancias sobre la línea de actuación que se ha de seguir, en particular ante la intervención de una fuerza internacional en la zona.

Mientras Ansar Al Din ha anunciado su voluntad de distanciarse del terrorismo y de dialogar con las autoridades de Bamako, el MYAO está convencido de que la crisis desembocará en una guerra, en especial si acaba produciéndose la intervención internacional, dirigida por la Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO) con la tutela del Consejo de Seguridad de la ONU.

"Estamos preparados para la guerra y probablemente todo se solucione con la armas", dijo a Efe vía telefónica el jefe del Estado Mayor del MYAO, Omar Uld Hamaha.

Hamaha reaccionaba así al anuncio realizado el martes en Uagadugu, capital de Burkina Faso, por el portavoz de Ansar al Din, Mohamed Ahadir, que se comprometió con el cese unilateral de hostilidades y con la renuncia "a toda forma de extremismo y terrorismo".

Además, Ahadir instó al resto de agrupaciones armadas a que pongan fin a los ataques armados y participen en un "diálogo político global".

El norte de Mali fue tomado por las armas por los independentistas tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) a finales de marzo, aprovechando el caos que se extendió por Mali tras el golpe militar del día 22 de ese mes.

A la lucha del MNLA por el control de la vasta región de Azawad se unieron grupos extremistas como Ansar al Din y terroristas como MYAO y Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que acabaron haciéndose fuertes en la zona.

Para Hamaha, cuyo grupo es una escisión de AQMI, Ansar al Din es consciente de que la situación desembocará en una guerra.

"Los que han viajado a Uagadugu y a Argel (para entablar conversaciones) son conscientes de esta realidad. La espada o las armas automáticas es lo que se necesita, no un diálogo", declaró Uld Hamaha, antes de apuntar que eso es, al menos, lo que piensan los combatientes de MYAO.

El portavoz de Ansar al Din en Tombuctú, Sanda Uld Bumana, por su parte, dijo a Efe que su grupo defiende un Mali unido.

Uld Bumana recordó que en Uagadugu Ansar Al Din "se desmarcó de todos aquellos que no respetan la integridad territorial de Mali y rechazó cualquier vínculo con organizaciones terroristas".

Sin embargo, no ocultó que su idea de unidad está ligada a que "los ciudadanos sean gobernados por la ley islámica", que su grupo aplica con un ciego rigorismo, lapidando a adúlteros y amputando las manos a ladrones.

"Estoy seguro de que con un simple referéndum se podrá resolver la cuestión, ya que el 90 por ciento de los malienses son musulmanes", comentó Bumana, para quien "Francia y sus cómplices quieren imponer una guerra para vengar la afrenta sufrida por sus amigos del MNLA".

Ante un eventual fracaso de la vía diplomática, Bumana asegura que no temen el estallido de un conflicto: "Si hay guerra, combatiremos".

"Hemos vivido cosas como estas en Somalia, Sudán o Afganistán (...), pero espero que el Gobierno maliense comprenda que siempre hay una posibilidad de no llegar a este punto", subrayó el portavoz.

Para el enviado especial de la ONU para el Sahel, Romano Prodi, la opción de una guerra también debería ser el último recurso, como expresó el jueves en Argelia.

"Todavía hay una oportunidad para trabajar por la paz", dijo Prodi, que apuntó que la comunidad internacional puede beneficiarse de "los compromisos de la ONU dentro de la lucha antiterrorista para conservar la unidad nacional de Mali".

Prodi se refería a una de las tesis que parece ganar cada vez más terreno en las conversaciones sobre Mali y que el pasado día 5 apuntó en Argel el secretario español de Exteriores, Gonzalo de Benito: la necesidad de distinguir "bien" entre la reivindicación política y el terrorismo y el crimen organizado.

Partiendo de este punto, parece que el diálogo quedaría reservado para el MNLA y, quizá, Ansar al Din y se emplearía la opción militar para combatir al MYAO y AQMI.+

La CEDEAO se reúne mañana, domingo, en Nigeria para ultimar el plan para una eventual intervención militar, que la ONU le encargó el pasado octubre y que debe entregar al Consejo de Seguridad antes de fin de mes.

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