El año de la covid... y de los insolidarios: sube un 300% los residuos en el campo

En el mundo se consumen  129.000 millones de mascarillas desechables cada mes. Tardarían 400 años en descomponerse.

Mascarilla en el campo
Mascarilla en el campo
Europa Press

La recogida de residuos médicos -mayoritariamente mascarillas y guantes- abandonados en la naturaleza se ha incrementado un 300% en el último año, según los datos recogidos por voluntarios y monitorizados en el marco del Proyecto Libera. Si en 2019 fueron recogidos, en el marco de este proyecto 287 objetos en la naturaleza catalogados como "residuos médicos", en 2020 la cifra alcanzó los 1.579 objetos recogidos en esta misma categoría, lo que supone un incremento de más de un 300% a lo largo del periodo de pandemia, según datos facilitados a Europa Press.

La obligatoriedad del uso de mascarillas ha abierto para las organizaciones ecologistas un nuevo frente en la lucha contra los residuos. En el mundo se consumen aproximadamente 129.000 millones de mascarillas desechables cada mes, que pueden tardar hasta 400 años en descomponerse si no se gestionan correctamente, según el Proyecto Libera que ha recordado que, según la Fundación para el Conocimiento madri+d, si la mitad de la población española usase una nueva mascarilla quirúrgica cada día, se consumirán alrededor de 705 millones por mes.

Por este motivo, muchas de estas organizaciones han puesto en marcha campañas de sensibilización para favorecer el uso de mascarillas reciclables y echan de menos una actuación proactiva de las administraciones para concienciar a la población del problema que supondrá la acumulación de estos residuos.

Por este motivo, el proyecto Libera, creado por SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes, puso en marcha la campaña NoAbandones TusGuantes YMascarillas para sensibilizar a la población sobre la importancia de ser responsables en la gestión de estos nuevos residuos y que siempre acaben en la papelera o contenedor de restos y no en el suelo de entornos urbanos o naturales, ya que podrían convertirse en un nuevo tipo de basuraleza y generar un impacto ambiental. La Fundación Reina Sofía se ha unido también a esta iniciativa.

La parte positiva de la pandemia, según Libera, ha sido un aumento del voluntariado interesado en participar en iniciativas medioambientales y que ha permitido duplicar el número de puntos de actuación en sus campañas de recogida de residuos en el entorno de ríos. "A partir del confinamiento ha habido un incremento del uso y disfrute de los espacios naturales, pero además hay un aumento de las personas que quieren ayudar y poner soluciones al problema de voluntarios e instituciones que quieren colaborar en recogida de basuraleza", ha explicado a Europa Press Sara Güemes, coordinadora de Ecoembes en el proyecto Libera.

Para Ecologistas en Acción la obligatoriedad del uso de material de protección sanitaria supone un grave riesgo para la naturaleza y ha alertado especialmente sobre el impacto en el medio marino de estos residuos. "Miles de mascarillas, que tardan decenas de años en descomponerse, están llegando al mar; con el tiempo acabarán degradándose en microplásticos que comerán los peces y que acabarán impactando en las personas. Todo lo que hacemos es un boomerang", ha alertado a Europa Press Carlos Arribas, portavoz de Ecologistas en Acción.

Para la entidad, lo más preocupante es la falta de sensibilización de las administraciones con el impacto ambiental que generan este tipo de residuos y la falta de iniciativas para fomentar el uso de la mascarillas reutilizables. "No se han hecho campañas informativas; la gente piensa que puede tirar unos guantes o una mascarilla al suelo y que va a venir un barrendero a recogerlos, se piensa que esto es un residuo sin importancia", ha advertido Arribas.

El portavoz de Ecologistas en Acción ha lamentado también la falta de información de los ciudadanos sobre el uso de la mascarilla reutilizable. "Ha habido mucha desinformación y noticias contradictorias que ha llevado a que la gente no sepa lo que hace, porque las autoridades no aceptan los descubrimientos científicos", ha indicado Arribas.

El portavoz de Ecologistas en Acción critica, además, que no se haya animado a la población a usar las mascarillas de tela que evitarían la proliferación de los residuos médicos. "Harían faltan campañas de información y de los impactos de los residuos para que la gente fuera consciente de lo que puede pasar; hay mascarillas de tela que se pueden lavar, los virus desaparecen y se vuelven a reutilizar, pero no se informa de ello", ha concluido Arribas.

La responsable de recursos naturales y residuos de Amigos de la Tierra, Adriana Espinosa, comparte la falta de información que llevó a un inadecuado uso de elementos de protección como los guantes que han generado un incremento excesivo de residuos. "Hubo una primera fase inicial con la primera ola donde hubo mucha necesidad de improvisar y se priorizó, como es lógico, la cuestión sanitaria sobre las ambientales; había falta de conocimiento sobre cómo abordar la pandemia y hubo mucha desinformación", ha indicado Adriana Espinosa.

Pero una vez superada esa fase, Amigos de la Tierra, considera que hay varios principios que deben guiar cualquier decisión "que es la evidencia científica y minimización del coste ambiental". En este sentido, la organización considera que se está avanzado en el uso de "productos reutilizables" tales como las mascarillas. "Todo es ha sido un proceso de aprendizaje; ahora mismo sabemos que no cualquier mascarilla de tela te protege igual, pero las hay que están homologadas, que venden en farmacia, con su filtro e instrucciones de uso", ha indicado Espinosa.

Amigos de la Tierra también ha puesto el foco en la industria envasadora que, a su juicio, ha obtenido beneficio de la crisis sanitaria por el temor de los ciudadanos a comprar productos que no estuvieran envasados por temor a contagios. "Esto se ha visto que no es así, ahí hubo mucha desinformación que han incrementado la compra de prácticas de usar y tirar", ha añadido Espinosa.

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