El jesuita Figaredo pide que se acoja y valore la vida de los inmigrantes

  • El jesuita español Enrique Figaredo ha calificado como "muy triste" la actuación de la guardia civil en Ceuta y ha pedido que se acoja, respete y valore la vida de los inmigrantes, ya que son personas "como nosotros" y hay que defender su "dignidad".

Madrid, 19 feb.- El jesuita español Enrique Figaredo ha calificado como "muy triste" la actuación de la guardia civil en Ceuta y ha pedido que se acoja, respete y valore la vida de los inmigrantes, ya que son personas "como nosotros" y hay que defender su "dignidad".

El también obispo de la prefectura apostólica de Battambang (Camboya) ha censurado, durante la presentación del XI Encuentro Misionero de Jóvenes que tendrá lugar en Madrid del 21 al 23 de marzo con el lema de "Ayúdanos", que "países desarrollados con criterios morales básicos" recurran a una violencia que "no lleva a nadie a ningún sitio".

Aunque vengan "sin papeles" y procedan de regiones "muy pobres", su vida "tiene valor", ha insistido el jesuita, quien ha reclamado "instrumentos" no violentos que "contribuyan al orden social" y garanticen el respeto a todos los seres humanos.

Tras residir en la frontera entre Camboya y Tailandia durante tres años, Figaredo presenció "con mucho dolor" las "injusticias" que vivieron los refugiados camboyanos por parte de los soldados tailandeses, ha comentado.

"Pero allí no echan a los okupas con balas de goma sino con balas de verdad... Es horrible", ha lamentado el misionero.

En su opinión, "tiene que prevalecer el buen entendimiento y la denuncia de la violencia" porque los problemas se pueden arreglar sin recurrir a ella.

El jesuita ha repasado la "presencia minoritaria" de la Iglesia en Camboya, lo que hace vivir la fe de una manera distinta: el número de católicos es pequeño "pero la acción es muy grande", ha precisado.

Figaredo, que sustituye a un prefecto que murió de forma violenta, ha denunciado que "todo el clero fue asesinado" en Camboya, aunque ahora se vive una situación pacífica.

Sólo cinco de los sesenta misioneros allí presentes son camboyanos; "somos todos extranjeros", ha explicado.

El obispo ha pronosticado una "gran influencia" del Papa Francisco en su próxima visita al continente asiático, al ser un "líder mundial" que los habitantes valoran mucho por su "sencillez".

"La gente no conoce a la Iglesia católica pero sí conoce al Papa", quien alentará a los jóvenes para que vivan su fe "de una manera más profunda", ha matizado

La mitad de la población de Camboya tiene menos de 25 años, no tiene garantizado el acceso a la educación y suele emigrar a otras regiones para buscarse la vida "dejando familias rotas".

Para Figaredo, los jóvenes españoles y camboyanos son "muy parecidos" en algunos aspectos, ya que en muchas ocasiones también los abuelos de los niños camboyanos cuidan a los nietos "porque sus padres se han ido a Tailandia o Malasia" a buscar trabajo.

Además, en la misma rueda de prensa, el director nacional de las Obras Misioneras Pontificias (OMP), Anastasio Gil García, ha informado de que el resultado económico de la OMP en 2013 fue "notablemente superior" al del año anterior gracias al aumento de aportaciones privadas.

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