Estados Unidos destaca el apoyo de su "más viejo aliado": los franceses

  • No hace mucho tiempo la relación entre Washington y París no pasaba por su mejor momento por culpa de una intervención militar (Irak, 2003); hoy, gracias a otra guerra en ciernes, Francia se ha convertido en el principal aliado de EE.UU., mientras Londres se mantiene al margen.

Jairo Mejía

Washington, 30 ago.- No hace mucho tiempo la relación entre Washington y París no pasaba por su mejor momento por culpa de una intervención militar (Irak, 2003); hoy, gracias a otra guerra en ciernes, Francia se ha convertido en el principal aliado de EE.UU., mientras Londres se mantiene al margen.

Un comentario del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, durante la presentación hoy de las evidencias contra el régimen de Bachar al Asad, debió levantar ampollas en Downing Street, la residencia del primer ministro británico.

Kerry se refirió a Francia como "el más viejo aliado" de EE.UU., una acepción que, hasta hoy, encajaba mejor con los británicos.

Para referirse así a Francia, hay que remontarse al siglo XVIII, al nacimiento de la nación estadounidense y a la guerra de la independencia respecto a la Corona Británica en la que ciertamente Francia, al igual que España, fueron aliados claves de Washington.

La renuncia ayer del gobierno del primer ministro británico, David Cameron, a participar en una posible intervención multinacional en Siria por el "no" del Parlamento ha dejado al gobierno del presidente francés, François Hollande, como el único gran respaldo del mandatario estadounidense, Barack Obama.

El Reino Unido, por primera vez en décadas, se queda al margen de una posible acción militar estadounidense, esta vez para castigar el uso de armamento químico por parte del régimen sirio de Bachar al Assad y no acompañará a su aliado estratégico.

Desde la Segunda Guerra Mundial los inquilinos de Downing Street y los de la Casa Blanca han ido de la mano a conflictos internacionales, mientras que con Francia, Estados Unidos ha tenido sus más y sus menos.

No hace mucho, durante la guerra de Irak iniciada en 2003 por el presidente George W. Bush, con la diametral oposición de París y el apoyo inquebrantable de Londres, en Washington se derramaba vino francés como muestra del enfado por la oposición de París al ataque contra el régimen de Sadam Husein.

Las patatas fritas o "french fries" pasaron a llamarse "freedom fries" (patatas de la libertad) y se multiplicaban los chistes a costa de los "come-quesos" y los "gallinas" franceses.

Esa crisis parece quedar lejos ahora que los destructores estadounidenses y franceses podrían actuar conjuntamente para dar la "contundente" respuesta que han prometido ambos gobiernos contra Al Asad por atacar con armas químicas a su propia población.

Obama ha hablado las mismas veces con Cameron que con Hollande desde que comenzó la crisis, la última hoy.

El contenido y los guiños de complicidad de ambos mandatarios europeos con Obama no se han dado a conocer pero por el momento la Casa Blanca se refiere a ambos como "cercanos aliados y amigos".

No obstante, en la nota de prensa en la que la Casa Blanca informó de la conversación con el primer ministro británico la administración Obama no olvidó añadir que con los británicos sigue existiendo una "relación especial".

La nueva alianza militar con Francia, que se ha ido fortaleciendo recientemente en los conflictos en Mali y Libia, demuestra que la historia da muchas vueltas y que pese a todo los amigos pueden tener desencuentros.

Desde que el Marqués de Lafayette abandonó su castillo francés para ponerse a las órdenes de George Washington en la Revolución Americana, las relaciones con Francia han pasado por altibajos, ciertamente, pero hoy el jefe de la diplomacia estadounidense ha vuelto a poner las cosas en sitio y los ha recordado como "los más viejos aliados" de la primera potencia mundial.

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