Hereu cree que como alcalde de Barcelona debe estar en la misa de dedicación

Barcelona.- El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, cree que a causa del papel institucional que desempeña debe de asistir a la misa de consagración de la Sagrada Familia, que oficiará Benedicto XVI el próximo domingo.

En una entrevista en el programa "Los Desayunos", de Televisión Española, el alcalde de Barcelona ha expresado su "respeto" por la decisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de no asistir a la ceremonia religiosa y reunirse con el Papa en el aeropuerto de Barcelona, antes de que salga para Roma.

"Lo que es verdad es que para mi, como alcalde, la Sagrada Familia, un monumento, un templo, es algo muy importante para la ciudad", ha comentado Jordi Hereu, quien ha destacado que la dimensión del acto del domingo es "innegable" y va mas allá de si uno es creyente.

Jordi Hereu ha señalado que como alcalde defiende "el interés de la ciudad" y "debe ser sensible a que hay mucha gente que es creyente".

"El papel institucional del alcalde de Barcelona es estar ese día donde tiene que estar", ha sentenciado Jordi Hereu, quien ha recordado que el ayuntamiento da "la bienvenida al santo padre a una ciudad que todo el mundo sabe que es diversa".

En este sentido, ha señalado que en Barcelona la laicidad es un valor importante y que aunque "nadie niega" que es "una ciudad de una gran tradición y raíz católica, en estos momentos como todas las ciudades globales es absolutamente diversa, también en el sentimiento religioso", con "decenas de religiones presentes y activas".

Jordi Hereu ha restado importancia a las discrepancias en el seno del gobierno municipal por las criticas de ICV-EUiA a la acogida institucional que se ofrece a Benedicto XVI.

"Habrá miles de ciudadanos que expresen hoy y mañana alguna discrepancia. Tienen todo su derecho. Después habrá centenares de miles de personas que acogerán al santo padre en una visita que yo lo que deseo es que sea un éxito", ha añadido en esta misma línea.

Hereu no considera desproporcionados los preparativos y el coste de la visita del papa por las dimensión religiosa, cultural y ciudadana del evento.