La sociedad civil se involucra en el debate

El jubilado español que inculca a los jóvenes la ilusión por el futuro de la UE

El antiguo obrero es uno de los 68 españoles que participan en los paneles ciudadanos de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, con cuatro segmentos con 800 personas de los 27 estados miembros.

Eduardo Besa, (75 años) participa en los paneles ciudadanos de la Conferencia sobre el Futuro de Europa en Estrasburgo (Francia) para animar a los jóvenes a "infundir ilusión".
Eduardo Besa, (75 años) participa en los paneles ciudadanos de la Conferencia sobre el Futuro de Europa en Estrasburgo (Francia) para animar a los jóvenes a "infundir ilusión".
Agencia EFE

A sus 75 años, Eduardo Besa, uno de los 68 españoles que participa en los paneles ciudadanos de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, no dudó en viajar a Estrasburgo (Francia) para animar a los jóvenes a “infundir ilusión” y que ellos mismos hagan su proyecto porque, para él, esa es la “esencia” del futuro de la Unión Europea.

Cuando Besa nació (1946), una Europa en cenizas salía de la Segunda Guerra Mundial y la construcción de un proyecto en común no se vislumbraba todavía en el horizonte. Besa ya estaba en el mundo cuando Robert Schuman, uno de los "padres" fundadores de la UE, pronunció su discurso sobre la necesidad de una Europa más unida y ha sido testigo de las Comunidades Europeas previas, de la entrada de España en ellas, de la aparición del Parlamento Europeo, el nacimiento de la denominación como tal de Unión Europea, la llegada del euro y del Brexit, entre muchos otros acontecimientos.

Brindarle ahora la oportunidad de acudir al propio seno de la UE, la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, es a sus años, "algo de cuento de hadas, de fantasía”, según le describió en un mensaje a su mujer y su hijo al aterrizar en la institución europea de la ciudad francesa. Pese a haber vivido la mayor parte de su vida sin que España perteneciera al proyecto europeo, es acérrimo defensor de lo que supone la UE porque en tiempos en que "todo va a lo grande, ¿qué hacemos los pequeños?".

"Siempre creo que quien hace familia, hace pueblo, quien hace pueblo hace provincia, quien hace provincia hace nación y quien hace nación hace la Unión Europea", cuenta a Efe este vasco que cuando se le dice que "tiene 75 años y muy bien llevados", suelta una carcajada y responde "que eso espera".

LLEVANDO LA “VOZ DE LA EXPERIENCIA"

Besa ha acudido a la Conferencia para trasladar, como dice él, la "voz de la experiencia" a los jóvenes de quienes espera, aparte de inspirar ilusión ("porque sin ilusión no vamos a ninguna parte", dice), que respondan al abanico de retos que presenta la UE en su futuro.

El futuro del club comunitario es precisamente el centro del ágora ciudadana que las instituciones europeas han pensado para involucrar a la sociedad civil en el debate en profundidad sobre el camino que el proyecto europeo deberá tomar en los próximos años. En el primer día de los grupos de trabajos del primero de los cuatro paneles ciudadanos -a los que han acudido 200 ciudadanos de los 27 miembros de la UE del total de 800 que participarán en todas las jornadas-, Besa ha querido plantear algunos otros desafíos que la agenda de este fin de semana no contemplaba.

Entre estos, destaca el reto que se le presenta a Europa por la baja tasa de natalidad o una mejor canalización de los recursos económicos hacia la ciudadanía porque "el pueblo de abajo llevamos 20 años sin dinero", dice. Y no se amedrenta a la hora de plantear todo tipo de temas ante un grupo de desconocidos que desde este fin de semana serán sus compañeros durante este ejercicio de reflexión.

"Pensaba que no iba poder estar a ese nivel porque no estoy acostumbrado a hablar a ese nivel. Pero después de la primera intervención, de la segunda, de la tercera ya vas cogiendo seguridad y ves que la gente de tu alrededor te da confianza, te escucha, es un trabajo extraordinario lo que estamos haciendo", comenta este antiguo obrero que no descarta presentarse para ser el representante de su grupo en la sesión plenaria de la Conferencia.

Aunque el futuro a veces se atisba tortuoso y con más incertidumbres que certezas por una situación geopolítica cada vez más compleja y una sociedad europea aún digiriendo las consecuencias de la pandemia, para él el horizonte es "sólido". "El futuro es muy difícil de predecir. Pero yo lo veo sólido (…). La UE es una de las cuatros potencias mundiales y controla mucho más de lo que nos parece", opina.

Una vez la Conferencia llegue a su fin en la próxima primavera, confía en que todo lo que se discuta y se reflexione no quede en papel mojado, porque este primer debate junto a la ciudadanía en la historia de la UE es "siempre positivo", concluye.

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