Ángeles Béjar, madre de Luis Rubiales, y su cuñada continúan hoy con el encierro y la huelga de hambre en una iglesia de Motril (Granada) anunciadas ayer como respuesta al cese temporal del exfutbolista como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
Las dos mujeres han comunicado a EFE que han pasado la noche bien "dentro de lo que cabe" y se encuentran en buen estado. También han señalado que pretenden continuar con el encierro de forma indefinida, hasta que se acabe la "cacería" contra su hijo, según declaró ayer Béjar.
La madre y tía de Rubiales entraron ayer por la mañana a la parroquia de la Divina Pastora de Motril y dijeron al párroco que tenían intención de pedir por el dirigente deportivo. Aprovecharon que se estaban llevando a cabo labores de limpieza y se negaron a abandonar el interior del edificio.
Algunos de los vecinos de la localidad granadina se han acercado a la parroquia donde Béjar y su cuñada estaban encerradas en esta primera noche de huelga de hambre para mostrar su apoyo a ellas y a su hijo por la polémica en la que se ha visto envuelto tras besar en la boca a la jugadora Jenni Hermoso durante la celebración de la victoria en la final del Mundial femenino.
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