Mario Camus: para un director de cine meterse en el mundo de ETA es delicado

  • Mario Camus ha reconocido hoy en un coloquio sobre "El terrorismo de ETA a través del cine español" que para un director de cine meterse en el mundo del terrorismo y de ETA "es delicado", porque corre el riesgo de que le quieran ubicar "en un sitio o en otro".

San Lorenzo del Escorial (Madrid), 17 jul.- Mario Camus ha reconocido hoy en un coloquio sobre "El terrorismo de ETA a través del cine español" que para un director de cine meterse en el mundo del terrorismo y de ETA "es delicado", porque corre el riesgo de que le quieran ubicar "en un sitio o en otro".

Camus ha participado en un Curso de Verano de la Universidad Complutense en El Escorial sobre cine y terrorismo, en el que ha considerado que, a pesar de que sea "delicado" hacer una película sobre ese mundo, cuando un director tiene "una buena historia es muy difícil que te detenga nadie".

Eso le sucedió a él cuando, hace veinte años, rodó "Sombras de una batalla" (1993), protagonizada por Carmen Maura y Tito Valverde, en la que se narra la historia de Ana, una ex militante de ETA que se refugia de su pasado, junto a su hija (Blanca), en un pueblecito de la frontera con Portugal hasta que conoce a una persona, Jose, ex miembro del GAL que atentó contra refugiados vascos en Francia.

Esta historia, centrada en el mundo de ETA a finales de los 80, aparece en la mente de Camus después de que un "ser querido", un familiar que "más o menos participaba en esa lucha", fuese asesinado por pretender que ETA se encauzase "por las vías democráticas a través de un partido normal".

Tras obtener el visto bueno de Álvaro Moreno, catedrático de Filosofía en el País Vasco y hermano del asesinado que inspiró la cinta, Camus se puso a rodar la película, producida por Cayo Largo Films, en la que -asegura- "no cambié nada de lo que había ideado" y que se rodó en sólo cinco semanas.

A pesar de que el director reconoce que no recuerda con precisión la película porque la muerte traumática de una de las protagonistas, algunos años después, hace que le resulte imposible volver a verla, sí admite haber pretendido tratar con esta historia "los dos puntos de vista", el de ETA y el de la guerra sucia contra el terrorismo.

No obstante, señala que "por encima de todo, yo quería contar una historia de humanidad directa", más que abordar en profundidad el problema del terrorismo, sobre el que -dice- un director de cine que cuente con una buena historia "no lo piensa; se mete y después ya vendrán las dudas".

"Cuántas películas se hubieran dejado de hacer si hubiera sido por eso", se ha preguntado hoy Camus, quien se ha mostrado convencido de que un director de cine debe contar aquello que quiere y exponerse a que después, a veces, "pasen cosas desagradables".

Preguntado por el tratamiento "no explícito" del terrorismo en la cinta, consideró que cuando la escribió "no necesité ser más explícito, porque si lo fuera igual no funcionaría de la misma manera".

Camus aseguró que la película tuvo un desarrollo comercial "normal tirando a flojito", restó importancia al hecho de que se llevara en su momento, en los Goya, el Premio al Mejor Guión Original y al Mejor Actor de Reparto (Tito Valverde).

Ironizó, además, con que el año pasado cuando le fue concedido por la Academia de Cine el Goya de Honor dijo que le parecía "un latazo" y "todos se enfadaron".

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