El manifiesto "No en nuestro nombre", que había recogido cerca de 5.800 firmas en la tarde del martes, pide que no se responda a los atentados de París con "recortes de derechos sociales y libertades fundamentales, xenofobia institucional y bombardeos indiscriminados, que se han demostrado ineficaces".
"Si buscamos culpables entre nuestros vecinos y vecinas por el simple hecho de vestir o pensar diferente, si criminalizamos a quienes huyen precisamente de ese mismo horror, estaremos contribuyendo a apuntalar los mismos muros que el fanatismo quiere crear", añade el manifiesto, que encabeza la alcadesa de Barcelona, Ada Colau, salida del movimiento de los indignados.
Junto a ella, nombres conocidos los actores Pilar y Carlos Bardem, madre y hermano de Javier Bardem, Juan Diego Botto o los alcaldes de Zaragoza, Pedro Santiesteve, también del movimiento de los indignados, y de Cádiz, José María González 'Kichi', del partido de izquierda radical Podemos.
El manifiesto también cuenta con la firma de Pilar Manjón, presidenta de una asociación de víctimas de los atentados islamistas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, en los que murieron 191 personas.
"Si la respuesta a la barbarie pasa por suspender derechos, recortar libertades y encerrarnos en casa, la victoria del terrorismo será total", añade el manifiesto, que aboga por no responder "al dolor de víctimas inocentes" provocando "más dolor a otras también inocentes".
Los firmantes del manifiesto han llamado a manifestarse el sábado en el centro de Madrid para oponerse "a cualquier respuesta al odio que implique más odio, más intolerancia, más muertes de inocentes y menos derechos y libertades".
El manifiesto llega en un momento en que en España se cruzan informaciones de prensa sobre si Madrid podría ofrecer algún tipo de apoyo a Francia en su lucha contra el grupo Estado Islámico (EI).
"Francia no ha pedido nada y el Gobierno no ha ofrecido nada", insistió este martes el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo.
Hace doce años, la sociedad española se alzó contra la guerra en Iraq, con el famoso lema "No a la guerra", después que el entonces jefe del gobierno español, José María Aznar, ofreciera su apoyo a Estados Unidos.
Más de dos millones de personas salieron entonces a la calle en España en febrero de 2003 para protestar contra esta guerra.
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