Netanyahu presionado a tomar duras decisiones ante escalada de violencia

  • El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se encuentra sometido a fuertes presiones por parte de la derecha en el seno de su gobierno, ante la escalada de violencia, que le reclama no solamante más dura represión, sino levantar nuevas construcciones en los asentamientos de colonos.

Netanyahu, reputado como un hábil maniobrero, compareció el lunes de noche ante miles de manifestantes de derecha, entre los cuales había numerosos colonos, que se concentraron frente a su residencia en Jerusalén para reclamarle mayor seguridad y más colonias.

Tres de sus propios ministros, así como varios miembros de su propio partido, entre los cuales destacaba el inquieto diputado Oren Hazan, se unieron a la protesta.

"Cuando un terrorista decide lanzar una piedra, hay que expulsarlo, a él y a toda su familia, quitarle nuestra nacionalidad. Hay que hacerle daño", declaró a la AFP el sulfuroso Hazan.

El llamado a castigar más duramente a los autores de atentados y a los provocadores de disturbios solamente constituye una parte del doble mensaje de esta concentración. Los manifestantes también exhortaron a Netanyahu a reanudar de manera vigorosa la construcción en las colonias, los asentamientos de civiles israelíes en los territorios ocupados desde 1967, que integrarían un posible Estado palestino.

"La detención de la construcción es percibida como un muestra de debilidad", estimó por su parte el ministro de Asuntos Sociales, Haim Katz.

Miembros de la derecha también demandaron que Israel arreste nuevamente a centenares de palestinos liberados en 2011 a cambio de la libertad del soldado Gilad Shalit, capturado por la organización islamista Hamas, que controla la Franja de Gaza.

Netanyahu se encuentra desde mayo pasado al frente de uno de los gobiernos más a la derecha de la historia de Israel, un equipo integrado en su mayoría por nacionalistas y partidarios declarados de la colonización. Una de sus principales personalidades, Naftali Bennett, se opone abiertamente a la creación de un Estado palestino independiente y aboga por una anexión parcial de Cisjordania.

Este gobierno es también considerado como extremadamente precario, con una mayoría de un solo escaño en el parlamento, lo que complica sus decisiones.

Una gran parte de la derecha y de los 400.000 colonos israelíes que mantienen una coexistencia conflictiva con los 2,8 millones de palestinos de Cisjordania, se exasperaron tras el asesinato el jueves pasado de una pareja de colonos, acribillados a balazos en su vehículo ante sus hijos en un atentado atribuido a una célula de Hamas.

Dos días más tarde, un palestino apuñaló mortalmente a un colono y a un rabino en la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Netanyahu reaccionó con una retórica enérgica. Declaró "la guerra" a los lanzadores de piedras, luego un combate "hasta la muerte" contra los autores de atentados. También autorizó al ejército y a la policía a un accionar "sin límites".

Una serie de medidas fueron anunciadas: refuerzos de seguridad en Jerusalén y Cisjordania, flexibilización de las reglas para abrir fuego, demoliciones punitivas aceleradas, mayores penas, aumento del recurso de prisión sin cargos ni proceso (detención administrativa).

Esto no ha hecho callar a los críticos. Netanyahu debe al mismo tiempo conformar a sus aliados y velar por no hacer nada que provoque un atizamiento (del conflicto), según los analistas.

"Netanyahu debe hacer gala de maestría en el arte de navegar entre una coalición aparentando ser 'Mister' seguridad, y la necesidad de actuar de manera que la situación no degenere", dice a la AFP el profesor de Ciencias Políticas Gayil Talshir.

"Hoy esto es aún más complicado puesto que no hay ningún partido centrista en su coalición" de gobierno, añade.

Netanyahu debe intentar no chocar con la comunidad internacional, que criticaría el anuncio de la creación de nuevas colonias. Jordania y Egipto, únicos países árabes que han firmado la paz con Israel, siguen de cerca la evolución de la situación.

Pero, el primer ministro cuenta con una ventaja mayor, según Talshir, puesto que "los duros saben que este gobierno es el más a la derecha que pueden ellos esperar".

"Nunca tendrán una mejor situación para integrar una coalición, por lo que se lo pensarán dos veces antes de provocar la convocatoria de nuevas elecciones", agrega.

mjs/lal/jri/age/eg

Mostrar comentarios