Un tercio de los niños provenientes de países emergentes no superan la media de desarrollo intelectual

Fundación Thomson Reuters/EP

La mayoría de los niños, de entre tres y cuatro años, provienen de lugares como África Subsahariana, Sierra Leona, República Centroafricana y Chad, según un estudio llevado a cabo con datos de el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

La directora del estudio, en cuya realización han colaborado el Colegio Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard y el organismo de financiación Grandes Desafíos de Canadá, Dana McCoy, ha señalado que, a pesar de que la pobreza y la malnutrición se erigen como los factores más importantes a la hora de valorar la cuestión, es necesario llevar a cabo más investigaciones para hallar las verdaderas causas del problema.

"Que estos niños se encuentren por debajo de la media no significa que no puedan llevar una vida sana, feliz y productiva", ha indicado McCoy. "Hay varios programas que pueden ser puestos en marcha para apoyar el desarrollo de menores de todas las edades", ha añadido.

Como parte del estudio, los investigadores dieron a los niños una serie de directrices, como seguir instrucciones y trabajar de forma independiente, entre otras. McCoy ha explicado que el desarrollo mental de estos menores es esencial para predecir la transición de los mismos a la vida adulta, el nivel de preparación para acceder a la enseñanza o el bienestar físico y psíquico que presentarán en el futuro.

Según McCoy, ahora que mueren menos niños por enfermedades prevenibles y malnutrición, la comunidad internacional debería centrarse en el potencial de esos menores, no únicamente en sus posibilidades de sobrevivir. "Con todo el esfuerzo realizado a nivel internacional, hemos tenido éxito a la hora de ayudar a estos niños a sobrevivir", ha destacado McCoy.

"Sin embargo, ahora necesitamos avanzar y centrarnos en ayudarles a prosperar", ha añadido. Casi la mitad de las muertes de niños menores de cinco años están relacionadas con la malnutrición, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero la tasa de mortalidad ha descendido rápidamente durante la última década. "Hay un gran número de niños que se muestran capaces de prosperar, y deberíamos nombrarlos como ejemplos a la hora de hablar de desarrollo", ha zanjado McCoy.

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