Moscú trata desde junio de crear una coalición más amplia que la dirigida actualmente por Estados Unidos para luchar contra el Estado Islámico (EI) en Siria, dando cabida al régimen y sus aliados.
El proyecto ruso representa un serio desafío, puesto que pretende devolver a la escena internacional a un dirigente vilipendiado por la oposición, Occidente y los pesos pesados del mundo árabe.
El primer rechazo público vino de la mano del ministro saudí de Exteriores, Adel Al Jubeir, durante su entrevista el martes en Moscú con su homólogo ruso, Serguei Lavrov.
Jubeir descartó crear una amplia coalición contra el grupo Estado Islámico y exigió la partida de Asad.
Arabia Saudí, junto a Turquía y Catar, es el principal apoyo de los insurgentes que luchan desde hace cuatro años contra las fuerzas del régimen en una guerra que ha dejado 240.000 muertos.
Rusia también lo tendrá difícil para hacerse escuchar por la Coalición opositora siria, principal formación en el exilio dirigida por Jaled Joja, esperado el jueves en Moscú.
Según Hisham Marwa, adjunto de Joja, "afrontar el terrorismo pasa por la creación de un órgano transitorio que una a todos los sirios. Está claro también que Asad y los criminales a su alrededor no tienen cabida en esta fase, ni en el futuro de Siria".
En cuanto a los dirigentes de la Conferencia de El Cairo, otro grupo de opositores, que serán recibidos el viernes en Moscú, estiman que "la victoria contra el EI pasa por un cambio político en Siria, que unifique todas las fuerzas", declaró a la AFP uno de sus miembros, Haytham Manna.
"Queremos convencer a Lavrov de que se sume a la visión pragmática del (emisario de la ONU para Siria, Staffan de) Mistura, es decir, que se avance en paralelo sobre los diferentes temas (...) hasta celebrar una nueva conferencia de paz llamada Ginebra 3", agregó Manna, pese a que las otras dos conferencias de paz fracasaron.
Mistura propuso a fines de julio crear cuatro comités para que el régimen y los opositores aborden las cuestiones de seguridad (fin de los sitios, liberación de detenidos...), políticas (elecciones, eventual gobierno de transición), militares (lucha contra el terrorismo, alto el fuego) y la reconstrucción del país.
El régimen propone un gobierno de transición - que incluya a la oposición y esté bajo la autoridad de Asad -, elecciones legislativas a fines de año y reformar luego la Constitución para definir los poderes del jefe de Estado.
"Es un proceso que puede durar años, en cualquier caso todo el mandato de Asad, que finaliza en principio en 2021", explicó a la AFP un político sirio.
Lavrov también se reunirá con Salé Moslem, dirigente de la Unión Democrática Kurda (PYD), principal formación kurda en Siria, que estableció una zona autónoma en el norte del país.
Para Thomas Pierret, experto en Siria, la iniciativa rusa no tiene ninguna posibilidad de éxito.
"La oposición no tiene motivos para involucrarse en una operación de rehabilitación del régimen. Rusia no tiene nada que ofrecer, se mantiene en sus trece desde 2011: Asad se queda en el poder", dice Pierret.
"Moscú tendrá el aval de Asad y de Irán, y el rechazo de la oposición y de sus padrinos regionales", previene.
Pese a todo, Moscú es optimista.
"No vemos ningún plan alternativo (...) en especial de parte de los occidentales, que pueda funcionar. Y nuestras propuestas sobre el desarme químico de Siria funcionaron. Fueron aceptadas por Damasco y Washington (en 2013) y rebajó la tensión", recordó a la AFP la portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zajarova.
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