Tres días contra la pena de muerte: éxitos, denuncias y frustraciones

  • Han sido tres largos días de debates, testimonios estremecedores y presencias relevantes, que han concluido con la promesa de más países de caminar hacia la abolición.

Macarena Soto

Madrid, 15 jun.- Han sido tres largos días de debates, testimonios estremecedores y presencias relevantes, que han concluido con la promesa de más países de caminar hacia la abolición.

El V Congreso Mundial contra la Pena de Muerte deja buen sabor de boca a sus organizadores, pese a la ausencia de los países clave: China, Irán y Estados Unidos.

Para el portavoz de la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte, Kevin Miguel Rivera, este encuentro ha sido una plataforma "para educar a otros" y a ellos mismos, donde lo más positivo "es la riqueza de compartir opiniones" sobre un tema tan controvertido como la pena capital.

"Aunque quizá sea el primer pensamiento que se te pase por la cabeza, no podemos argumentar que si alguien está a favor de la pena de muerte es también un asesino", reconoce, y precisa que "tenemos que estudiar más y dar más alternativas".

Rivera, abogado puertorriqueño, contó a Efe que el hecho de que España, Francia, Suiza y Noruega patrocinen el congreso fue "una gran oportunidad para cambiar la mentalidad de otros países".

Reclamó que los Estados que puedan "llevar la voz cantante" en la abolición lo hagan "de forma aún más intensa".

Para la directora adjunta del Congreso, Ariane Gresillon, la presencia de "ministros, líderes políticos, sociedad civil, medios, juristas y las ONG" provocó "el éxito" de que países "retencionistas" se acercaran a la postura abolicionista.

Debido a la ausencia de representantes de algunos de los países más ejecutores del mundo, como China, Irán o EEUU, Gresillon explicó a Efe que "es muy difícil" que participen e hizo hincapié en que "el debate de la abolición está ahora mismo en el norte de África".

"En África del norte hay una discusión, se están formando asociaciones abolicionistas, los ministros vienen y podemos compartir opiniones, quizá no de abolición pero sí de progresión", argumentó.

Así, Rivera precisó que "debería sorprender mucho que EEUU no prohíba la pena de muerte" y que "incluso intente aplicarla de forma federal en estados abolicionistas".

Asimismo, apunta a que el problema principal con China es la falta de información ya que no hay datos sobre las ejecuciones y que ni "los familiares se enteran de las ejecuciones".

El abogado portorriqueño cree que "con la cantidad de personas que hay en China, sería de esperar que sean los primeros ejecutores del mundo"; luego estaría Irán y entre los persas "y unos cuantos más" se encontraría EEUU.

"Nos duele", asegura. "Yo esperaría que igual que se entendió que la esclavitud era una violación grave de los derechos humanos, se entienda que la pena de muerte también lo es".

Las ONG tampoco han querido perderse esta oportunidad para denunciar la situación en los diferentes países "retencionistas" de la pena capital.

Así, Amnistía Internacional, Comisión por la Paz o la Fundación Baltasar Garzón se desplegaron en el recinto y compartieron protagonismo con otras más pequeñas y menos conocidas como Taiwan Alliance, World Coalition o Salva a Anthony Mungin.

Esta última lleva dos décadas informando sobre la situación de Anthony, un afroamericano estadounidense que permanece desde 1993 en el corredor de la muerte en Florida por un crimen sobre el que él mantiene su inocencia.

Asimismo, World Coalition celebra y expone la "victoria de Mumia Abu-Jamal", periodista y activista de EEUU sentenciado a pena de muerte, que finalmente fue conmutada por cadena perpetua.

"El objetivo ahora -explica la organización- es pedir al Gobierno de EEUU la libertad de Mumia en un caso que se ha extendido demasiado en el tiempo y que es un abuso de los derechos fundamentales".

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