Turquía descarta un ataque en solitario para salvar la ciudad siria de Kobani

  • El Gobierno turco ha vuelto a enfriar hoy las perspectivas de una intervención militar para evitar que la ciudad kurdo-siria de Kobani caiga en manos del grupo yihadista Estado Islámico, una actitud que ha provocado protestas en los últimos días de los kurdos de Turquía que se han saldado con 25 muertos.

Ilya U. Topper y Dogan Tilic

Ankara/Estambul, 9 oct.- El Gobierno turco ha vuelto a enfriar hoy las perspectivas de una intervención militar para evitar que la ciudad kurdo-siria de Kobani caiga en manos del grupo yihadista Estado Islámico, una actitud que ha provocado protestas en los últimos días de los kurdos de Turquía que se han saldado con 25 muertos.

"No es realista esperar de Turquía que haga en solitario una operación terrestre", dijo hoy el ministro de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, tras reunirse con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que se halla en Turquía de visita oficial.

"Seguimos hablando con nuestros aliados. Cuando una decisión conjunta se haya tomado, Turquía aportará su parte", manifestó Cavusoglu.

Ankara ha pedido reiteradas veces establecer una zona de exclusión aérea y de contención en el norte de Siria, algo que no se ha debatido hasta ahora en el seno de la Alianza Atlántica.

"No existe una solución simple. Esto (la zona de exclusión) no ha estado sobre la mesa de los debates de la OTAN", dijo Stoltenberg, aunque se mostró satisfecho de que el Parlamento turco haya renovado el permiso para que el Ejército turco pueda intervenir en Siria.

Mientras el Gobierno turco se mantiene en su postura de no intervención contra los yihadistas, las protestas de los kurdos de Turquía que exigen apoyar a sus "hermanos" en Siria, decayeron hoy tras cuatro jornadas violentas que se han saldado con 25 muertos.

La última víctima mortal, un joven de 27 años, falleció hoy en la provincia de Mardin mientras participa en un ataque con piedras y explosivos caseros contra un cuartel de la gendarmería.

Otras seis personas resultaron heridas en ese incidente, según un comunicado oficial del gobernador de Mardin.

Pese a que ese suceso muestra que la tensión sigue siendo alta, el Gobierno levantó el toque de queda impuesto el martes en seis provincias del sureste de Turquía, donde residen la mayoría de los kurdos del país.

Diyarbakir, la "capital" kurda, fue la última ciudad donde se levantó el toque de queda, rectificando así un anuncio anterior de mantener hasta el viernes la prohibición de salir a la calle.

Ha sido en esta ciudad donde se han producido los mayores enfrentamientos.

Allí han muerto 10 personas, mientras que otras 37 siguen ingresadas, 116 han sido detenidas y 37 coches fueron quemados, la mayoría oficiales, según datos del Gobierno.

Hoy también se produjeron disturbios en las Universidades de Ankara y Estambul, donde la Policía intervino con cañones de agua y gas lacrimógeno y practicó detenciones.

La gran mayoría de las 25 víctimas mortales fallecieron en tiroteos entre activistas kurdos de izquierda e islamistas radicales, aunque cuatro fueron linchadas en la calle y dos murieron durante intervenciones de las fuerzas del orden.

Si los primeros se consideran cercanos a la guerrilla del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), los islamistas se identifican con Hüda-Par, una refundación de la red fundamentalista Hizbulá (sin relación con el movimiento libanés homónimo) que en la década de 1990 secuestró y asesinó a simpatizantes del PKK.

El Gobierno ha prometido poner fin a la violencia "con todos los medios", mientras que la oposición ha hecho llamamientos al diálogo para salvar la ciudad kurdo-siria de Kobani del asedio yihadista.

Las organizaciones kurdas han rechazado el discurso del primer ministro, Ahmet Davutoglu, que describió el sitio del Estado Islámico (EI) a Kobani como un problema internacional, del que Turquía no se puede responsabilizar.

Desde el partido pro kurdo HDP, la cuarta fuerza del Parlamento, se ha recordado que Ankara siempre ha considera la guerra civil siria como un asunto de interés nacional y ha denunciado que "cuando Kobani se ve bajo amenaza de una masacre, de repente es un problema extranjero".

Esta formación ha advertido de que los kurdos de Turquía no pueden quedarse de brazos cruzados ante lo que está ocurriendo en Kobani y ha pedido que Ankara apoye a las milicias kurdas que se enfrentan en el norte de Siria a los yihadistas.

Por su parte, Kemal Kiliçdaroglu, dirigente del principal partido de la oposición, el socialdemócrata CHP, se pronunció hoy a favor de una intervención militar turca limitada al área de Kobani para rechazar a los yihadistas, pero sin intentar ocupar las zonas bajo control de las milicias kurdas.

A última hora del jueves se registró un nuevo incidente en la provincia de Mardin, al ser atacada una comisaría fronteriza del municipio de Nusaybin con armas de fuego, tanto del lado turco como del lado sirio, asegura la emisora CNNTürk.

Los militares turcos devolvieron el fuego e hirieron a cuatro personas, una de ellas de gravedad.

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