Un estudio resalta el trabajo de la once en américa latina con las personas ciegas


Representantes de la ONCE y del Gobierno de Canarias han participado en Santa Cruz de Tenerife en la presentación del estudio ‘Solidarios con América Latina’, que recoge la labor de la Fundación ONCE para la Solidaridad con Personas Ciegas de América Latina (FOAL), que lleva más de 15 años trabajando en 19 países a los que se les apoya en materia de educación, mediante dotación de materiales, programas de acción educativa, preparación de profesorado y diseño de centros de referencia; y formación y empleo, con cursos, talleres y prácticas.
En concreto, acudieron al acto la consejera de Cultura, Deporte, Política Social y Vivienda del Gobierno de Canarias, Inés Rojas; el vicepresidente de la ONCE, Andrés Ramos; la directora de Relaciones Internacionales de la ONCE y vicepresidenta ejecutiva de FOAL, Ana Peláez; el presidente del Consejo Territorial de la ONCE en Canarias, Francisco Hernández Quintana, y el delegado territorial de la ONCE en esta comunidad autónoma, José Antonio López Mármol.
A partir de 1984 la ONCE emprende la apertura internacional. Se optó por poner en marcha acciones de carácter asistencial dirigidas a ciegos de América Latina, que luego derivarían en un Fondo de Cooperación con Iberoamérica, germen de la creación, en 1998, de la Fundación ONCE para la Solidaridad con Personas Ciegas de América Latina, que es un ambicioso proyecto de promoción educativa y laboral de los compañeros ciegos latinoamericanos y de consolidación de su movimiento asociativo.
La ONCE impulsa la educación mediante la dotación de materiales, programas de acción educativa, preparación de profesorado y diseño de centros de referencia (ya funcionan 10 centros en Costa Rica, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Perú), que permiten que en los últimos cuatro años se hayan beneficiado 121.684 escolares ciegos.
En preparación para el empleo, en cuatro años se ha llegado a 52.133 personas, de las que muchas han logrado un trabajo y han pasado de ser ocultadas en sus casas, apartadas y casi olvidadas, a convertirse en el centro de la familia y, en muchas ocasiones, su único sustento. Sirva como ejemplo que en Guatemala, un país pequeño, 800 personas con discapacidad visual encontraron empleo en un año con el programa Ágora impulsado por la ONCE.
Todo ello sin olvidar fortalecer el asociacionismo de las personas ciegas y también con otras discapacidades, para impulsar así otra máxima, “nada para las personas con discapacidad sin las personas con discapacidad”, de manera que se escuche su voz. Un ejemplo muy reciente ha sido el logro –gracias al impulso de la ONCE, el Cermi y el Gobierno español- de conseguir que la última cumbre de jefes de Estado y de Gobierno Iberoamericana, celebrada en Cádiz en octubre de 2012, declarase 2013 como Año Iberoamericano del Empleo de Personas con Discapacidad, lo que redundará en beneficio de las personas con discapacidad de esos países.
Además, se extienden iniciativas solidarias a puntos de Europa que han resultado afectados por conflictos bélicos, como la zona de los Balcanes –donde un equipo de impresión en braille y la formación de profesionales generan un centro de recursos educativos-, o por África, como en los campamentos saharauis, único lugar de ese continente donde todos los niños ciegos están escolarizados gracias a proyectos educativos de la ONCE. Y se trabaja en iniciativas culturales en Marruecos o de empleo e inclusión, en la nueva etapa política que vive Túnez, en colaboración con Alemania.
Por último, la ONCE ha colaborado activamente con Naciones Unidas para la puesta en marcha de la Convención en favor de los Derechos de las Personas con Discapacidad (una mujer ciega española es vicepresidenta de esta convención), así como con el Gobierno, para que luego fuera refrendada por España.

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