Apenas un 33%

El inversor español se queda a la cola de Europa en proporción ESG en su cartera

Invesco detecta que el volumen de capital influye en la cuota de productos verdes en la cartera, ya que este criterio deja de ser prioritario cuando el montante es pequeño, siendo el aspecto ambiental el más reclamado. 

Laure Peyranne, Invesco
Laure Peyranne, responsable de ETF de Invesco para Iberia, Latinoamérica y US Offshore.
Invesco

El dinero sí importa, al menos cuando se trata de invertir en fondos que cumplen criterios ESG. Dicho de otro modo, cuanto más grande sea una cartera, mayor proporción de productos catalogados como 'verdes' habrá en la misma. Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden de un estudio elaborado por Invesco sobre la opinión de los inversores en materia de ETF vinculados a ESG. La gestora ha detectado que aquellas personas que tienen invertido 100.000 euros o más emplean alrededor del 40% del montante en este tipo de vehículos, frente a aquellos que destinan 5.000 euros o menos, con un peso que ronda el 30%

"A medida que crece la cartera, también lo hace la capacidad percibida para invertir de forma sostenible", señalan desde la firma. En este sentido, España sale mal parada en comparativa europea. En concreto, apenas un 33% del monto total que invierten los españoles tiene tintes sostenibles, figurando como uno de los países "menos convencidos en este sentido". Se queda incluso por detrás de Suiza (36%), Francia (37%) y Alemania, que también se colocan por debajo de la media (39%), mientras la otra cara de la moneda viene representada por Reino Unido (40%), Suecia (41%) y Países Bajos, en el que casi la mitad de las carteras están asignadas a inversiones sostenibles. 

La parte positiva es que en todos los mercados analizados la asignación ESG es significativamente superior a un tercio. Entre los factores que achacan a esta situación se encuentra el hecho de que puede que sea menos prioritario, la falta de capacidad para adoptar un enfoque sostenible, así como la experiencia. A este respecto, desde Invesco observan que los nuevos inversores tienen más probabilidad de invertir en ESG, frente a los que llevan más años al estar expuestos a otro tipo de productos. "Los inversores experimentados establecieron su estrategia de inversión antes del reciente y rápido auge del ESG" ha destacado Laure Peyranne, responsable de ETF de Invesco para Iberia, Latinoamérica y US Offshore. 

La buena noticia es que España no sale tan mal parada al equiparar la adopción de criterios ESG sobre el total de la masa de inversores. En este caso, a nivel nacional la cuota de minoristas asciende al 52%, sólo por detrás de Francia y Alemania, con un 57% y un 55%, respectivamente. En el resto, el porcentaje abarca desde el 50% de Países Bajos al 43% de Suecia. "El resultado en Suecia es sorprendente, ya que tradicionalmente se considera que los países escandinavos están muy concienciados con la sostenibilidad. Esta puntuación comparativamente más baja podría deberse a que las cuestiones ESG están presentes en las carteras de un mayor número de inversores y no se consideran un elemento de inversión independiente", subraya. 

De una muestra de más 5.000 personas, el estudio de Invesco arroja que la ESG todavía tiene por delante potencial de crecimiento, siendo las carteras más grandes, de nuevo, las que muestran una mayor preferencia por aumentar la exposición ESG frente a las más pequeñas. Esto se cumple en un 68% de las carteras de más de 100.000 euros frente al 56% de aquellas inferiores a 5.000 euros, en una muestra de que el auge de la inversión ESG no está disminuyendo en Europa pese al aumento de las voces que cuestionan estos criterios en algunas regiones del mundo. "En Estados Unidos el interés es menor porque se excluye a las petroleras. Nosotros pensamos que parte de la solución pasa por no excluir, sino dar un enfoque más sostenible", agrega Peyranne. 

No obstante, en comparativa europea sí que coincide la mayor preferencia por los criterios medioambientales, es decir, aquellos que se rigen por la letra 'E', que en el caso español llega al 44%, en detrimento de factores sociales y de gobierno corporativo, con un porcentaje es del 22% y el 19%, respectivamente. Entre los productos de temática medioambiental, los más atractivos en el Viejo Continente son los que apoyan el desarrollo de energías renovables, los que contribuyen a la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad, así como los que ayudan a reducir la contaminación y los residuos. 

En un segundo plano se encuentran cuestiones como las estrategias que defienden los derechos humanos, los productos que mitigan la pobreza y la desigualdad desde un punto de vista social, mientras que en materia de gobierno corporativo destacan los fondos que ejercen presión sobre las empresas para garantizar que la remuneración y los incentivos de los directivos son adecuados. Esta situación se ve influida por la fata de oferta, al concentrarse la mayor parte en el medioambiente. 

Invesco ve potencial para la inversión pasiva

En este contexto, Laure Peyranne ha incidido en el auge de los ETF durante los últimos tres años, especialmente, en Europa, zona en la que se han registrado entradas de dinero en este tipo de productos por valor de 440.000 millones. De esta cantidad, 210.000 millones de fondos cotizados han sido destinados a ETF asociados a la sostenibilidad. Con todo ello, su peso es reducido en el conjunto con una representación de los fondos cotizados del 10% sobre los activos totales. De esta cifra, solamente el 12% aplica criterios ESG, siendo la transición energética es el segmento que suscita mayor interés ante las enormes necesidades de financiación que quiere impulsar soluciones que aborden este reto.

De cara a los próximos años, entre los principales retos con los que tiene que lidiar se encuentran una regulación "más favorable", así como la falta de información y educación. Los escándalos de 'greenwashing' han perjudicado a la industria, provocando una mayor desconfianza hacia la inversión ESG, que según Laure Peyranne lleva a los inversores a dudar acerca del impacto real de las inversiones sostenibles, motivo que fuerza al sector a ser más estricto. "No es lo mismo invertir en hidrógeno que un índice al completo, ahí lo que da credibilidad es ver el nombre de grandes empresas, como Iberdrola". 

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