La 'vuelta al cole' de septiembre estaba marcada en el calendario automovilístico como una fecha clave para conocer la evolución de las ventas de turismos en España y ,en especial, las de vehículos electrificados. La espera se ha hecho esperar -por problemas informáticos de la DGT- pero ya tenemos los datos. El mercado de vehículos electrificados se incrementó un 18,3% el pasado mes, tras vender 9.484 unidades.
Lo que a priori podría parecer un buen dato, sigue siendo una cifra insuficiente para cumplir los objetivos propuestos por el Gobierno. Pues, al ritmo actual no se alcanzará la meta de 190.000 unidades electrificadas (eléctricos e híbridos enchufables) vendidas al cierre de 2023 fijado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Para más inri, tras nueve meses completados se han sumado 88.067 ventas, todavía por debajo de la mitad del objetivo marcado.
Si se comparan con las registradas en el último ejercicio, las cifras indican un crecimiento del 47,2%. Pero si se desgranan las matriculaciones totales por fuentes de energía, esta clase de vehículos sólo ocupa una cuota del 10,37% de un mercado, que sigue dominado por los gasolina y los diésel, cuyas cuotas del 36,35% y 24,34%, respectivamente, contrastan con la hoja de ruta 'verde' trazada desde Bruselas, que fija en 2035 el fin de las ventas de vehículos nuevos de combustión.
A la cola de Europa
Si la transición europea hacia una movilidad electrificada se desarrollase en un tren, España viajaría en el vagón de cola. El 11% de cuota que representa sobre el parque nacional en lo que va de año, apenas supone la mitad del ritmo de ventas del resto de países de la Unión Europea que, en su conjunto, representan más de un 20% del mercado. Mayor es la distancia si se compara con el mercado portugués, cuya sólida apuesta por el coche eléctrico les sitúa a la cabeza del Viejo Continente con una cuota superior al 26% del mercado.
La industria del automóvil concentra sus esfuerzos en fomentar el uso de vehículos eléctricos, pero la débil demanda lastra, en paralelo, el desarrollo de la red de infraestructuras de recarga. Tanto, que ha obligado al Gobierno a retrasar dos años su plan para llenar las carreteras de electrolineras, tras admitir que no llega a tiempo para cumplir sus propios objetivos, que pasaban por tener funcionando 80.000 y 110.000 cargadores a final de año.
Otra de las claves para impulsar la evolución de las ventas reside en la base fiscal. En la actualidad, el Gobierno ofrece hasta 10.000 euros si sumamos las ayudas del plan MOVES III y la deducción del 15% hasta 3.000 euros por su compra en el IRPF. Un modelo, que la industria ve fundamental mantener para no frenar el ritmo de ventas.
Tras conocer los datos de matriculaciones de septiembre, el director general de Anfac, José López-Tafall, ha asegurado que la patronal está trabajando con el Ejecutivo "por dar continuidad a los planes de ayudas más allá del 31 de diciembre de 2023", cuando se acaba el plazo del MOVES III. "No contar con ayudas a la compra de vehículos cero emisiones ni a la instalación de puntos de recarga supondría un freno para la electrificación. Parón que ahondaría más aún en la distancia entre Europa y España, tanto en penetración de vehículo electrificado como de infraestructura de recarga".
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