Santander, 7 jun.- La Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega está de luto por el fallecimiento de Manolo Preciado y ha expresado el "profundo pesar" que siente tanto los directivos, jugadores y trabajadores de la entidad, como "los aficionados gimnásticos y el fútbol cántabro en general".
El presidente de la Gimnástica, Pablo Sámano, ha trasladado su pésame a los familiares de Preciado, subrayando que "era una persona muy apreciada por todo el fútbol y su pérdida supone un duro golpe para todos".
El club señala en un comunicado que los jugadores gimnásticos "todavía están asimilando la noticia que conocían a primera hora de la mañana" y explica que "para muchos de ellos, Manolo Preciado era más que un entrenador".
"Con él debuté en la Gimnástica y gracias a su esfuerzo pude salir a jugar fuera. Era mi padre futbolístico, algo mucho más importante que un amigo" comenta Nando, capitán de la Gimnástica (Segunda B).
El club de Torrelavega también recuerda en "carácter afable, cercano y directo" de Preciado, que "caló hondo en la familia Gimnástica", donde "primero se ganó respeto y admiración como futbolista y posteriormente lo hizo como entrenador".
También evoca la Gimnástica que Preciado disputó los últimos partidos de su carrera vistiendo los colores de este club, en el que "colgó las botas al terminar la temporada 1991-1992", para volver a él, como entrenador en 1995. En esa temporada de su debú como técnico consiguió el ascenso a Segunda B, lo que "le abrió las puertas de otros conjuntos como el Racing de Santander, el Levante, el Murcia y el Sporting de Gijón en dónde se convirtió en un ídolo para la afición asturiana". Entretanto, hubo una segunda etapa en el banquillo gimnástico que apenas duró unos meses, de junio a agosto del año 2000.
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