Encuesta del CIS

La preocupación de los jóvenes por el paro se desploma: temen más la crisis

El Consejo de la Juventud de Madrid señala que muchos han terminado por normalizar esta situación lo que lleva a desarrollar desafección respecto al problema mientras lideramos el desempleo joven en Europa. 

Yolanda Díaz
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo.
Europa Press

El barómetro del CIS del mes de enero sondea cuáles son las principales preocupaciones de los españoles al inicio de 2023. La crisis económica, el paro y los problemas políticos ocupan los tres primeros puestos y constituyen un 'dolor de cabeza' para el 97,6% de los ciudadanos encuestados. Sin embargo, la misma pregunta refleja que el desempleo ha perdido peso como preocupación para los menores de 34 años, tal y como sucedió en 2021. Solo un 4,9% de los jóvenes de entre 18 y 24 años y la misma proporción con edades comprendidas entre los 25 y los 34 años ha sostenido que el paro es el principal problema que existe actualmente en España. 

En los últimos años no se puede observar una tendencia constante en este aspecto. En enero de 2019 más del 24% de los jóvenes de ambos tramos de edad confesaban que esta era la principal causa de malestar en el país y en el mismo mes de 2020 -justo antes del estallido de la pandemia-lo hacían más de un tercio de la juventud mayor de 25 años. Sin embargo, en 2021 tras meses de restricciones que frenaron la recuperación económica, tan solo un 4% (18-24) y un 5,4% (25-34) situó este problema en primer lugar, dando mayor peso a la covid y a la crisis. En cambio, en 2023, más allá del trance económico, son los problemás políticos y el mal comportamiento de los representantes los que obtienen más atención por parte de este sector de la población.

La diferencia es especialmente significativa entre los españoles encuestados con edades comprendidas entre los 25 y los 34 años, dado que sumando las respuestas que colocan el desempleo como uno de los tres principales problemas de España, se observa una diferencia de más de siete puntos respecto a 2021, del 22,6% se ha pasado al 14,9%. Entre los más jóvenes la diferencia es superior a dos puntos. Pero la distancia es aún más notable en la comparativa interanual, ya que en enero de 2022 -antes de la guerra de Ucrania- el 22,8% de los mayores de 18 y el 20,2% de los mayores de 25 habían situado al desempleo en este podium, lo que en el primer caso supone una diferencia de casi diez puntos.

Desde entonces, la reforma laboral ha implicado cambios en el mercado laboral que se han traducido en una significativa reducción de la temporalidad de los jóvenes. Sin embargo, esta no ha evitado que el país encabece mes tras mes el 'ranking' de desempleo juvenil en la Unión Europea. Además, según los datos de Eurostat, el paro entre los menores de 25 años aumentó en más de un punto a lo largo de 2022, un año que también dejo el triste dato de que cuatro de cada diez jóvenes despedidos eran españoles.

Estos datos evidencian que el descenso de puestos de esta preocupación no se debe a que el mercado laboral haya recibido 'con los brazos abiertos' a los nuevos adultos o que sus condiciones de trabajo hayan dejado de ser precarias, sino que, desde el Consejo de la Juventud de Madrid apuntan a que este colectivo ha desarrollado una desafección respecto a este problema, puesto que la concatenación de crisis ha hecho que acaben por normalizarlo. "Es algo tan frecuente en nuestras vidas que ha pasado a darse por hecho y en su lugar, se pone el foco en las condiciones precarias del empleo, pero es importante ver que en conjunto si es uno de los problemas fundamentales que enfrentamos como jóvenes", apunta Cristina Rodríguez, vocal Socioeconómica y de Educación del espacio madrileño. 

La responsable juvenil destaca que en el último estudio que realizaron, con datos del año anterior, un 15,6% de los jóvenes de menos de 25 años que trabajan permanecían en riesgo de pobreza, lo que sumado a otros problemas, pueden hacer que las condiciones del mercado laboral resulten desalentadoras para muchas personas que están en edad de incorporarse a él. Lo que es algo, interpreta Rodríguez, que puede conducir tangencialmente la desafección hacia la preocupación por el paro a pesar de que los jóvenes sí se preocupen por otros problemas de carácter económico como la subida de precios de la energía o los alimentos que se pueden englobar en su primera respuesta, crisis económica. La incertidumbre se ha convertido en la norma para los nacidos en la década de los 90 y después, también en el campo laboral.

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