Afganistán busca en Tokio promesas duraderas de ayuda para su desarrollo

  • Tokio se prepara para albergar mañana domingo una conferencia internacional sobre Afganistán de la que se esperan promesas de ayuda para el desarrollo por unos 16.000 millones de dólares hasta 2015, un año después de la retirada de las tropas extranjeras.

Maribel Izcue

Tokio, 7 jul.- Tokio se prepara para albergar mañana domingo una conferencia internacional sobre Afganistán de la que se esperan promesas de ayuda para el desarrollo por unos 16.000 millones de dólares hasta 2015, un año después de la retirada de las tropas extranjeras.

El encuentro, al que asistirán representantes de 80 países y organizaciones internacionales, tiene lugar dos meses después de que la OTAN se comprometiera en Chicago (EE.UU.) a dar a Afganistán unos 4.100 millones de dólares anuales para financiar el mantenimiento de la seguridad tras el repliegue.

Esa cantidad está exclusivamente destinada a las Fuerzas Armadas y la Policía local, mientras que mañana en Tokio se hablará sobre la ayuda que Afganistán, uno de los países más pobres y también más corruptos del mundo, necesitará en los próximos años para su desarrollo.

El ministro nipón de Exteriores, Koichiro Gemba, adelantó hoy que los donantes se comprometerán previsiblemente a dar unos 16.000 millones de dólares en ayuda para el sector civil hasta 2015, de los que Japón aportará cerca de 2.200 millones.

El presidente afgano, Hamid Karzai, había solicitado una ayuda de unos 4.000 dólares anuales para el desarrollo más allá de 2014, ante el temor de que la retirada de las tropas esté acompañada de un recorte drástico de la asistencia civil.

Según el Banco Mundial (BM), Afganistán necesita unos 3.300 millones de dólares anuales para mantener los progresos de la última década, y si aspira a alcanzar los Objetivos del Milenio para el año 2024 la cifra aumenta a unos 3.900 millones de dólares al año.

Para impulsar el crecimiento en la llamada "década de la transformación" (2015-2024), en la que Afganistán pasaría de depender de la ayuda externa a financiarse por sí mismo, es clave potenciar sectores como el agrícola, del que depende el 80 % de sus cerca de 30 millones de habitantes, según el BM.

En la década posterior a la invasión de Estados Unidos en 2001, la ayuda extranjera se ha traducido en progresos como el aumento de la escolarización (de 1 millón de niños en primaria en 2001 a 7 millones en 2009) o del acceso a la sanidad básica (del 8 % de la población en 2001 al 68 % en 2009).

Solo entre 2008 y 2010 Afganistán recibió ayuda por casi 17.500 millones de dólares, con Estados Unidos como principal donante (casi 3.000 millones de dólares anuales), seguido de Japón (unos 540 millones de dólares) y Alemania (400 millones de dólares), según datos de la OCDE.

Sin embargo, la arraigada corrupción suscita dudas sobre la efectividad de la asistencia: en 2011, Afganistán aparecía como el cuarto país más corrupto del mundo en la lista de la organización Transparency International, solo por detrás de Somalia, Corea del Norte y Birmania (Myanmar).

Por eso la conferencia de Tokio buscará un compromiso mutuo, el de ayuda "concreta y duradera" al desarrollo a cambio de una hoja de ruta que asegure que Afganistán hará más para mejorar, entre otras cosas, su transparencia y su gestión financiera.

El objetivo es que quede plasmado en el "Marco de Tokio de Responsabilidad Mutua", un documento que redefinirá los principios y obligaciones de Afganistán y la comunidad internacional en su alianza para el desarrollo afgano, según el Ministerio nipón de Exteriores.

Además de Karzai, a la conferencia de Tokio asisten representantes de los países vecinos y de las principales potencias y organizaciones mundiales, entre ellos el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton.

Esta última llegará a Tokio pasada la medianoche de hoy procedente de Kabul, adonde viajó este sábado en una visita no anunciada para abordar con Karzai la situación en el país y el proceso de reconciliación antes del encuentro de mañana.

Poco después de llegar a Kabul, Clinton anunció que Estados Unidos ha designado Afganistán "aliado mayor" entre los países no miembros de la OTAN, una categoría que solo tienen estados como Israel y Egipto y que abre el camino a estrechar la cooperación militar entre Washington y Kabul.

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