La ayuda sigue en el aire

El alza del IPC llega a los alquileres con los inquilinos a la espera del bono joven

El precio de los nuevos arrendamientos crece con fuerza más allá de las zonas tensionadas tras meses de hibernación, con repuntes interanuales del 0,8% y que llegan a subir hasta un 2,5% en el último trimestre.

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El alza del IPC llega a los alquileres con los inquilinos a la espera del bono joven. 
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El encarecimiento de la vida llega a los alquileres. Tras el parón originado a raíz de la Covid-19 cuya paralización de la economía presionó a la baja el coste de los arrendamientos, el mercado inmobiliario ha cogido velocidad trece meses después de comenzar a bajar. Los inquilinos no solo pagan más en sus facturas de luz y gas, ahora también tienen que destinar más parte de su renta al arrendamiento. La vuelta a las clases presenciales y a la oficina tras ómicron se ha trauducido en un aumento de la demanda que el mercado no es capaz de absorber a causa de la “drástica” reducción de la oferta y que ha dado como resultado una escalada de precios, mientras la ayuda del Gobierno no termina de despegar.

Según datos de Fotocasa, el precio de los alquileres en España registró un aumentó interanual del 0,8% hasta marzo, después de un año de caídas, cifra que se eleva hasta el 2,5% al comparar con el dato de diciembre de 2021 y viene a confirmar un cambio de tendencia en el mercado inmobiliario que comenzó a producirse en septiembre del año pasado. “Era cuestión de tiempo que ese respiro llegara a su fin”, comenta a La Información la directora de Estudios y Portavoz del citado portal inmobiliario, María Matos, quien también precisa que el sector ha recuperado toda la caída sobre todo, en Madrid y Cataluña. Estos dos núcleos poblacionales junto a País Vasco suelen componer la terna de CCAA donde más esfuerzo hay que realizar a esta partida. Sin embargo, en esta ocasión, se observan subidas acusadas en zonas como Murcia (7,4%), que lidera los ascensos, seguida de Cantabria (6,5%), Extremadura (6,1%) o Valencia (5,8%). También son significativos los repuntes en Castilla- La Mancha (4,6%) y Castilla y León (3,8%).

Este cambio de comportamiento se produce en un momento sensible para los consumidores, que tienen que hacer frente a tasas de inflación inéditas en tres décadas. Aunque el IPC ha moderado su racha alcista este abril para cerrar el cuarto mes del año en el 8,4%, la tasa subyacente, que excluye de su cálculo alimentos y energía, aumentó un punto, hasta el 4,4%. Ante esta situación, en materia de vivienda, el Gobierno ha sacado adelante varias iniciativas que no cuentan con el plácet de la mayoría del sector. Una de ellas es el tope del 2% a la subida de los alquileres en el momento de la revisión.  Si bien la medida solo afecta a los contratos ya vigentes, los expertos alertan de los efectos de segunda ronda que podría ocasionar como la desaparición del gran parte del parque de viviendas, el desincentivo a la construcción de nuevos inmuebles o un encarecimiento una vez que se pongan en marcha los proyectos, explica a este medio el portavoz de Idealista, Francisco Iñareta.

Desde la Agencia Negociadora del Alquiler (ANA) aseguran que el 90% de los propietarios ya ha pactado incrementos del 2% en las rentas, y que incluso algunos han llegado a acordar subidas de entre el 2,5% y el 7,6%. Este porcentaje, que se corresponde al Índice de Garantía de Competitividad (IGC), sustituyendo al tradicional IPC, con un máximo fijado en el citado 2%, es visto por ANA como un "un arma de doble filo" para los pequeños arrendadores, ya que, a su juicio, puede derivar en pérdidas de poder adquisitivo al tener sus rentas congeladas. Asimismo, avisa de que si la medida se alarga en el tiempo, podría desencadenar en un alza de precios y en un repunte de las compraventas. 

En esta línea, la Asociación de Propietarios de Vivienda en Alquiler (Asval) es una de las más críticas con esta limitación “artificial” al considerar que carga a los dueños con los problemas que arrastran desde el sector y recomienda en su lugar apostar por ayudas a los hogares. Precisamente, Moncloa anunció en febrero un bono-joven al alquiler por importe de 250 euros para personas menores de 35 años, como ‘medida estrella’ para acompañar su nueva Ley de Vivienda, aún en el Congreso de los Diputados, y no ha sido hasta semana cuando el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana la ha desatascado, tras anunciar el traspaso de 400 millones de euros a las CCAA más Ceuta y Melilla, a repartir a partes iguales entre 2022 y 2023

Con efectos retroactivos desde el 1 de enero, la ayuda llega con un retraso mínimo de cuatro meses, en el caso de Ceuta y Melilla, donde ya se pueden realizar las convocatorias a estas ayudas, mientras hay detractores que defienden que el citado importe no viene a solucionar los retos a los que se enfrenta el inmobiliario, ya que “apenas van a llegar a 70.000 personas” y alerta de que podría tensionar aún más el precio como ocurrió con el ‘Cheque vivienda’ aprobado por el expresidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en 2007.

Precisamente, en aquel momento, antesala del ‘boom inmobiliario’, el coste del metro cuadrado del alquiler rondara los ocho euros, mientras que en el momento actual roza lo once euros, cifra que viene a constatar la consolidación del mercado de arrendamientos tras las restricciones de acceso al crédito por parte de los bancos. A falta de conocer los datos de abril, desde Fotocasa avanzan un incremento del 4,7%, que vendría a confirmar la tónica seguida desde el arranque del año y que Matos ve como proceso de recuperación del mercado en busca del punto de equilibrio entre la demanda y la oferta. “Esperamos que en mayo se modere y vuelva a niveles más estables, apostilla, mientras remarca que la problemática, una vez estabilizado el sector, seguirá siendo la escasez de vivienda en grandes ciudades, donde se está a punto de alcanzar máximos.

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