En España

Banco Santander y BBVA se plantan en su 'no' a subir la rentabilidad de los depósitos

La grandes entidades rechazan mejorar la remuneración del pasivo en el país mientras las firmas extranjeras y los neobancos toman la delantera abocando a un escenario en el que la guerra por el ahorro no termina de fraguar. 

Gráfico bancos
Banco Santander y BBVA se plantan en su 'no' a subir la rentabilidad de los depósitos. 
Nerea de Bilbao (Infografía)

La banca española sigue enrocada en su reticencia a mejorar la rentabilidad de los depósitos. Con la temporada de resultados financieros en plena ebullición en España y los tipos de interés todavía en zona de máximos antes de que el Banco Central Europeo (BCE) inicie su ajuste a la baja, el sector se mantiene optimista y anticipa que 2024 puede ser otro año histórico en lo que a beneficios y márgenes se refiere. No obstante, el tono cambia cuando se trata de elevar la remuneración del pasivo, especialmente, entre las grandes entidades. Entre ellos figura Banco Santander, que ha enfriado la posibilidad de aumentar la retribución de este tipo de productos.

Desde la firma presidida por Ana Botín han admitido abiertamente que no existe la necesidad de entrar en una guerra por el ahorro porque a su juicio no hay demanda de crédito. "Si no tienes clientes en un restaurante, no preparas comidas", ha enfatizado para añadir que el dinero de los ahorradores españoles está disperso en cuentas con saldos pequeños. La otra razón que esgrimen radica en el hecho de que el precio de las hipotecas en España es inferior al de otras regiones en la que los tipos oscilan por encima del 4,5% estipulado en la eurozona.

Según datos de la propia entidad, Banco Santander paga un tipo medio del 1,46% en Europa por los depósitos. De los cuatro países en los que tiene presencia, en España y Portugal serían los mercados en los que está tasa se mueve por debajo con un 1% y un 0,62%, respectivamente. Aunque la mejora es evidente con respecto al 0,14% que daban en el segundo trimestre de 2022 en el Viejo Continente -justo antes de que el BCE comenzará a endurecer las tasas de referencia del dinero- y al 0,05% contabilizado a nivel nacional en el mismo periodo, el repunte no ha ido a la misma velocidad que la política monetaria. Algo similar ocurre en otras zonas como Reino Unido (2,02%), Estados Unidos (3,06%), o Brasil (8,13%) donde los tipos oficiales son también muy superiores a los fijados en la zona de la moneda única.

Esta radiografía plantea el dilema de si un cliente español puede acceder a la contratación de depósitos a través de su banco en otros mercados en los que tiene presencia y ofrece remuneraciones más atractivas. En este sentido, la polémica ha saltado en torno a BBVA después de que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) haya solicitado a la entidad liderada por Carlos Torres permitir abrir una cuenta en su filial italiana para poder contratar los depósitos al 4% que comercializa en el país. 

No es un caso aislado. Entidades como Bankinter, Santander o CaixaBank cuentan con un catálogo comercial mejor pagado en Europa, con intereses que llegan al 5%, mientras en España son los neobancos y las entidades extranjeras las que llevan la delantera. Como consecuencia de esta situación, tanto en BBVA como en Santander las cuentas de resultados arrojan un coste de los depósitos contenido. Desde la firma cántabra alegan que el balance de los depósitos ha experimentado una ligera contracción durante 2023 influido por la mayor amortización de hipotecas, tendencia que se viene acentuando en los últimos meses.

El último informe semestral de la situación financiera de los hogares y empresas que elabora el Banco de España (BdE) arroja que la subida de los tipos de interés para comprar una vivienda ha sido más débil "de lo que cabría esperar de acuerdo con las regularidades históricas", algo que no habían detectado en el conjunto del área de euro. El organismo achaca esta menor traslación a factores como el "limitado aumento de la remuneración media de los depósitos de hogares en el ciclo actual". Así, observan una mayor intensidad en la recomposición de las carteras desde el efectivo y los depósitos a la vista hacia activos "líquidos" que permiten sacar más partido a los ahorros como los depósitos a plazo, las Letras del Tesoro y los fondos de inversión.

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