El Banco Central Europeo (BCE) ha presentado un informe sobre los modelos de pago en los estados miembros, donde ha subrayado la importancia del dinero en efectivo para la economía europea, y ha pedido proteger y mejorar su accesibilidad dentro de los países de la Unión Europea.
El Banco Centra Europeo ha enfatizado en la necesidad de respetar y proteger este sistema de cara al futuro de la UE. Según el organismo, es importante entender la presencia y relevancia del dinero en metálico en todos los mercados europeos. El BCE asegura en el informe que el Eurosistema se compromete a crear un sistema de coexistencia, que permita igualar la influencia de ambos modelos en las transacciones económicas, y mantener el dinero efectivo como un modelo valioso, eficiente y seguro.
Según la investigación, en el que han participado 40.000 adultos de 17 países diferentes, el número de transacciones comerciales con dinero en efectivo en la unión ha caído desde 2019 en 13 puntos básicos, hasta el 59% en 2022. Sin embargo, el 74% de las personas realizan, de media, una transacción al día con dinero en efectivo, reflejando un gran protagonismo entre los ciudadanos, razón por la cual la institución entiende que debe protegerse con la misma atención que recibe el pago por métodos digitales.
De los encuestados, el 8,6% asegura no disponer de una tarjeta de crédito o débito, el 12% afirma no contar con una cuenta bancaria, y el 1,2% con ninguna de las dos. Así, casi uno de cada cinco adultos en la Unión Europea se encuentra "menos digitalizado", y utiliza los euros en efectivo para llevar a cabo sus transacciones diarias de manera regular.
En el estudio, el organismo presenta varios modelos que permiten a este grueso de la población no depender de sistemas bancarios corrientes. Algunos utilizan cuentas de familiares o amigos para llevar a cabo sus transacciones financieras más importantes, otras cuentan con tarjetas de pago desvinculadas a una cuenta, como las tarjetas prepago, y existe un tercer grupo, que tiene estrategias de consumo diferentes no enmarcadas dentro de los patrones convencionales.
Ramificado por modelos, el informe presenta varias similitudes entre ambos. En respuesta a si han realizado algún pago en efectivo en los últimos días, han respondido afirmativamente el 80% de los no digitalizados, frente al 73% de los actualizados. Al responder si consideran importante el dinero en efectivo, el 65% de los no digitalizados han respondido que sí, frente al 56% de los actualizados.
No obstante, existen otras diferencias. Al ser cuestionados sobre el formato de sus ingresos, el 32% de aquellos que comercian con efectivo ha respondido que lo reciben en forma física, mientras tan solo el 15% de aquellos que usan un sistema digital lo reciben así. Y al responder que cantidad de ellos recibían un sueldo mayor a 3.000 euros, solo el 18% de los no digitalizados ha respondido que sí, frente al 31% de los digitalizados. De acuerdo con el organismo, este factor parece explicar en parte el auge que recibe el dinero físico entre ciertos ciudadanos europeos.
Otro punto importante es el perfil demográfico que parece caracterizar a los ciudadanos más tradicionales. Si bien existen factores que pueden cercar el estilo de vida de cada uno de los agregados, el BCE ha defendido que los usuarios de dinero en efectivo forman un grupo heterogéneo que no se puede etiquetar, lo que significa que el uso de efectivo no responde a acontecimientos excepcionales, sino que "está asentado de manera general en todas las sociedades".
