Pendientes de las ayudas 

Un centenar de familias de La Palma vuelven a pasar la Navidad fuera de casa

Cumbre Vieja arrasó con 3.000 edificios y casi 8.000 vecinos, de los 80.000 habitantes de la isla, el 10%, fueron desalojados de sus casas. Continúan en hoteles a la espera de soluciones por parte del Gobierno. 

Un grupo de personas durante una manifestación 'silenciosa' de protesta contra la gestión de la reconstrucción en La Palma.
Un centenar de familias de La Palma, sin ayudas un año después de la erupción. 
Kike Rincon / CONTACTO vía Europa Press

El 13 de diciembre de 2021 el volcán Cumbre Vieja de La Palma dejó de expulsar lava y de registrar señal alguna de tremor o sismicidad. Ochenta y cinco días después de entrar en erupción el volcán calló. El día de Navidad de ese mismo año, las autoridades daban al volcán oficialmente 'dormido'. Durante la erupción, 3.000 edificios fueron destruidos y casi 8.000 vecinos, de los 80.000 habitantes de la isla, el 10%, fueron desalojados de sus casas.

Desde ese momento, han llegado a La Palma 600 millones de euros en ayudas, pero a día de hoy, aún quedan 97 familias que perdieron sus casas, según las cifras facilitadas por la Cruz Roja, alojadas en hoteles y que tendrán que pasar las navidades lejos de su hogar o pueblos como Puerto Naos y la Bombilla, la zona turística más grande de la isla bonita, que parecen lugares fantasma, ya que debido a la emisión de gases que aún hoy se siguen produciendo en la zona todo está cerrado a cal y canto y se prohíbe a los vecinos y comerciantes volver a sus casas y negocios. Otras 220 familias pasarán las navidades alojadas en casas, muchas de ellas barracones prefabricados, facilitadas por el Cabildo Insular.

Igualmente, desde el pasado mes de noviembre el Cabildo se ha hecho cargo de la atención psicológica de los damnificados que están alojados en los hoteles y, según asegura la institución, continúa, junto al resto de organismos, trabajando en la búsqueda de soluciones habitacionales que permitan a los vecinos que prosiguen en los hoteles reiniciar su proyecto de vida. Y es que desde que el 19 septiembre de 2021 el Cumbre Vieja comenzó a rugir, nada es igual en la isla.

Esta misma semana, el lunes 19 de diciembre, la Plataforma de Afectados Volcán Cumbre Vieja 2021, hizo entrega a todos los grupos políticos del parlamento canario de un escrito en el que reivindicaba que las ayudas recibidas hasta ahora “son insuficientes y siguen sin llegar todas las prometidas (como la de 30.000 euros del Gobierno regional)”; la respuesta habitacional con contenedores prefabricados es “tardía e indigna”; la participación real de los afectados en las decisiones es “nula” y además, reprochaban a las administraciones su “total incertidumbre” sobre la nueva planificación territorial de sus terrenos bajo la lava.

Las principales reivindicaciones de este colectivo de afectados pasan por un auténtico plan de recuperación socioeconómica para cubrir “los 1.000 millones de euros en pérdidas” que causó la erupción volcánica; un plan de empleo, de vivienda, ayudas sanitarias y tributarias, ayudas para agricultores y ganaderos por pérdida del suelo productivo o un nuevo plan educativo que recupere “el proyecto de Centro Integrado de Formación Profesional en Los Llanos de Aridane, así como ubicar en la isla sedes de las universidades canarias”.

“Se trata de reducir el sufrimiento que ya de por sí tenemos por haber perdido nuestras propiedades, nuestro empleo, nuestro territorio. No se trata de medidas de gracia, sino de un legítimo derecho a ser ayudado cuando uno sufre una catástrofe natural”, cuenta uno de los palmeros afectados por la catástrofe, que recibe con alivio la noticia de que parece que en el Consejo de Ministros del próximo 27 de diciembre el Gobierno central se prorrogarán los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y las prestaciones por cese de actividad para los autónomos afectados por la erupción volcánica, incluyendo los evacuados de Puerto Naos y La Bombilla.

“Se trata de reducir el sufrimiento que ya de por sí tenemos por haber perdido nuestras propiedades"

Esta zona donde residen, residían, 1.400 personas, es un ‘pueblo fanstasma’ desde que el 19 de septiembre, cuando el volcán comenzó a rugir, fue desalojada. Y así sigue, deshabitada, 460 días después. “Se cumple un año desde el ‘fin’ de la erupción del volcán Tajogaite”, cuenta el periodista local Moisés Rodríguez, “pero todavía los habitantes de Puerto Naos y La Bombilla siguen sin poder volver a sus casas. Para mí no se puede decir que el volcán está apagado hasta que no se pueda retomar la vida en estos núcleos”.

La Plataforma Jaraco de Afectados por el Volcán de las zonas costeras de Puerto Naos y La Bombilla, que preside Conchi Jaén, ha presentado un estudio realizado por el profesor de la Universidad de La Laguna (ULL) y licenciado en Química, Francisco Pulido, que indica que los gases que hay en ‘la zona de exclusión’ no son nocivos para la vida. “Las medidas para la exclusión de los vecinos no se sustentan ni tienen rigor científico. De hecho, el nivel CO2 en estas áreas poblacionales son similares a los que puede haber en un espacio cerrado con gente y que no representan ningún peligro”. Acto seguido, el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) ha salido al paso de teorías "sin ningún fundamento científico" sobre el origen de las emanaciones anómalas de dióxido de carbono (CO2) en los núcleos desalojados de Puerto Naos y La Bombilla. Mientras, los vecinos manifiestan estar “desesperados” y exigen la vuelta a sus casas. “Llevamos más de un año esperando por una solución. Estamos destrozados”, dicen. Para muchos el volcán, un año después, sigue sin apagarse y continúa vomitando lava, gases y, sobre todo, destrucción y desesperación.

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