Negociaciones estancadas

¿Mover ficha o romper el tablero? CEOE pone en jaque la reforma laboral de Díaz

La patronal se mantiene en su 'no es no' a la propuesta de Trabajo, mientras Bruselas advierte al Gobierno de que cualquier modificación en materia laboral deberá ser consensuada con los agentes sociales.

garamendi diaz
¿Mover ficha o romper el tablero? CEOE pone en jaque la reforma laboral de Díaz
La Información

La partida de la reforma laboral está en jaque. El Gobierno fue el primero en mover ficha, con una propuesta para la "modernización de las relaciones laborales" que causó pavor en la patronal. Es "un disparate", una "barbaridad", una "bomba de relojería"... son algunos de los términos que resuenan en círculos empresariales. Los sindicatos mantienen un perfil bajo, al haber visto superadas de largo sus pretensiones en el documento redactado por el equipo técnico de Yolanda Díaz, por lo que la verdadera partida se juega con Antonio Garamendi. El presidente de la CEOE lleva días preparando su próximo movimiento en forma de contraoferta, aunque en público amenaza en tono velado con romper el tablero. La primera jugada parece la más prudente, pues el árbitro -en este caso, la todopoderosa Comisión Europea- ha dejado claro que la reforma será pactada o no será. 

"Tras 52 reformas laborales, ¿para qué vamos a hacer la 53?". En un tono estudiadamente jocoso, Garamendi aprovechó su intervención en una mesa redonda con la vicepresidenta Díaz para arremeter directamente contra sus planes y exigirle que deje hacer a las mesas de diálogo social bilaterales entre empresarios y sindicatos. Esto sucedió el jueves, el mismo día que el líder de la patronal acaparó titulares por defender los indultos a los presos del 'procés', por lo que de alguna manera pasó desapercibido su contundente discurso público contra la reforma laboral planteada por Trabajo. Dijo, directamente: "No pensamos que la reforma laboral haya que cambiarla", y citó a varios organismos internacionales como el FMI, la OCDE o la propia Comisión Europea para reforzar su afirmación.

Por si no había quedado claro, el viernes insistía en esa férrea línea, defendiendo la legislación vigente: "Siempre diremos que lo que se pueda mejorar, adelante, pero no vamos a estar en un cambio por ideología. El Gobierno tiene la legitimidad de legislar y nosotros en este caso sí que diremos lo que opinamos, que es que no es necesario y que sería malo para España". ¿Rompe el tablero de la negociación? Lo cierto es que Garamendi está preparando su próxima jugada. Su equipo técnico acumula más de 2.000 páginas de aportaciones de las distintas patronales sectoriales y, en base a sus necesidades, está redactando una contrapropuesta de reforma laboral que pretende incluso elevar a instancias europeas para neutralizar los planes de Díaz, que considera contrarios a las exigencias de Bruselas.

Los técnicos de la CEOE se están tomando su tiempo. El documento estará listo "en cuestión de semanas, pueden ser dos, pueden ser tres semanas...", avanzan fuentes conocedoras de los trabajos que se están desarrollando con absoluta discreción para no generar falsas expectativas ni ampollas entre los sectores: "No queremos vender la piel del oso antes de cazarlo", comenta un alto cargo de la patronal involucrado en el desarrollo del texto de "oposición frontal" a la propuesta del Ministerio de Trabajo. Aunque más allá de una enmienda a la totalidad -los empresarios argumentarán negro sobre blanco por qué las medidas planteadas por el Gobierno afectarían negativamente a la economía y al empleo- el dosier promete configurarse como un análisis exhaustivo de la situación económica y laboral actual y de las necesidades de los distintos sectores, acomodadas a las recomendaciones de la Comisión.

La negativa de la patronal a sentarse a negociar en la mesa para la modernización de las relaciones laborales con el Ministerio y los sindicatos habría provocado incluso la cancelación de la reunión prevista para el miércoles de esta semana, como se reveló en estas páginas, si bien la versión oficial de Trabajo es que el encuentro tuvo que suspenderse por "problemas de agenda" del secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, que es quien pilota las negociaciones y que, según aseguran desde el Ministerio, ese día tenía "varias reuniones internas". Sea como fuere, el diálogo social ha quedado en 'stand by' tras el 'no es no' de la patronal y hasta que vuelvan a sentarse a debatir, previsiblemente el miércoles de la semana que viene. Está por ver si para entonces la CEOE se presenta con su propia propuesta (o no).

Desde el pasado mes de marzo, los agentes sociales han mantenido una decena de encuentros, sin demasiados avances, pero para comprender la 'pataleta' reciente de los empresarios hay que remontarse algunas semanas atrás. A mediados de mayo, Trabajo amplió el borrador inicial para la "modernización de las relaciones laborales", que un principio solo abordaba los cambios relativos a la subcontratación y a la negociación colectiva, e introdujo las modificaciones previstas en el Estatuto de los Trabajadores para limitar la contratación temporal. El documento no gustó a los negociadores de la CEOE, que vieron en él un "copia pega" del programa de Podemos para las elecciones generales de noviembre de 2019. Así se lo hicieron saber a Pérez Rey y éste se comprometió a "darle una vuelta" y presentar una nueva propuesta, según revelan fuentes del diálogo social.

El contenido de ese documento 'copy paste' nunca llegó a hacerse público -las partes acordaron total discreción- y, efectivamente, el Ministerio presentó un nuevo papel a finales de mayo, cuyas claves desvelaba en primicia La Información. La patronal considera que esa propuesta para la reforma del menú de contratos, que restringe considerablemente las posibilidades para acudir a la contratación temporal, limitando las causas justificativas a solo dos (por razones organizativas, ante picos de demanda; o productivas, para cubrir bajas), no solo va en contra de las necesidades de las empresas, sino también de los propios trabajadores, especialmente los menos cualificados, que dependen del contrato temporal como puerta de entrada al mercado de trabajo. Creen que "el último borrador es innegociable, porque implica una pérdida de flexibilidad en las relaciones laborales que retraerá la creación de empleo y fomentará los despidos".

El 'toque' de Bruselas

Y la puntilla al jaque de la CEOE a la reforma laboral la ha venido a dar esta misma semana la Comisión Europea. Entre los cientos de páginas que han redactado los técnicos de Bruselas en su valoración del Plan de Recuperación español aparecen algunos farolillos rojos, en particular, respecto a la reforma laboral. Las autoridades comunitarias exigen que las modificaciones que se lleven a cabo no supongan un obstáculo para la adaptación de las empresas al ciclo económico, vayan acompañadas de un análisis ex-ante en profundidad y preserven los logros generadores de empleo de las reformas de los años 2o12 y 2013. Pero la condición más importante para su visto bueno al plan de Trabajo es que cualquier cambio que se introduzca en el marco legislativo debe contar con el consenso de los agentes sociales.

La partida sigue en marcha. El tiempo apremia y los equipos negociadores van a tener que hacer notables esfuerzos para acercar posturas, más ahora que Bruselas ha dejado cristalino que cualquier reforma que afecte al mercado laboral deberá ser consensuada en el diálogo tripartito con la patronal y los sindicatos. Los empresarios han recibido con entusiasmo esa exigencia, porque interpretan que les da más margen para arrancar cesiones al Ministerio (y a los sindicatos) en la negociación. Se avecinan meses de duras negociaciones y está por ver si el jaque de la CEOE acaba en mate, en ruptura del tablero... o la partida da un giro de 180º y se zanja en tablas. 

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