Contagio

Emilio López Romero

Nueva York, 11 jun.- El Banco de Japón y su decisión de mantener sin cambios sus actuales medidas de flexibilización monetaria arrastraron hoy a las principales plazas financieras del mundo, desde el Viejo Continente hasta Wall Street.

El Dow Jones de Industriales, la principal referencia del parqué neoyorquino, cerró la sesión con un retroceso de más de tres dígitos (-0,76 %) hasta los 15.122,02 puntos, mientras que el selectivo S&P 500 perdió el 1,02 % y el tecnológico Nasdaq el 1,06 %.

Los inversores y operadores bursátiles recibieron con pesimismo y preocupación el anuncio del Banco de Japón al término de su reunión mensual de no adoptar nuevas medidas para estimular la económica del gigante asiático.

La entidad acordó por unanimidad mantener la compra de deuda pública y activos de mayor riesgo de cara a duplicar la base monetaria para terminar con la deflación que soporta el país desde hace casi 15 años.

Mientras, el Gobierno alemán dejó de lado sus reticencias y salió en defensa del contestado programa de compra de deuda del Banco Central Europeo (BCE) en la primera jornada de la vista oral del Tribunal Constitucional que evalúa su legalidad.

Los operadores de Wall Street se dejaron contagiar así del desánimo de sus colegas europeos, donde todas las plazas cerraron co descensos: Madrid se dejó el 1,68 %, Londres el 0,94% , Milán el 1,63 %; París el 1,39 %; y Fráncfort el 1,03 %.

En una sesión en la que los tres indicadores estuvieron teñidos de rojo la práctica totalidad del tiempo, de poco sirvió que se conociera que un aumento de los inventarios mayoristas en Estados Unidos, el único dato positivo de la jornada.

En clave empresarial, los grandes titulares vinieron de Sprint Nextel, que subió con fuerza el 2,37 % después de que la firma de telecomunicaciones japonesa Softbank elevase hasta 21.600 millones su oferta por la operadora de telefonía estadounidense.

En otros mercados, el petróleo de Texas bajó a 95,38 dólares y el oro descendió a 1.377 dólares, mientras el dólar bajaba frente al euro y se cambiaba por encima de 1,33 dólares y la rentabilidad de la deuda estadounidense a diez años retrocedía al 2,18 %.