Conversaciones nucleares pendientes de nombramiento de jefe negociador iraní

Teherán, 20 ago.- Las conversaciones entre Teherán y las potencias de Grupo 5+1 sobre la cuestión nuclear iraní están a la espera de que el nuevo presidente del país, Hasan Rohaní, nombre al jefe de delegación negociadora del país, informó hoy el Ministerio de Exteriores.

"Esperamos que el presidente de nuestro país anuncie que organismo será el responsable de seguir las negociaciones nucleares y a que decida quienes serán el jefe y los componentes del equipo negociador", explicó hoy el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Seyed Abas Araqchi, en su rueda de prensa semanal.

Según Araqchi, "en cuanto se aclare este tema, el siguiente paso será determinar una fecha" para la reunión con el G5+1 con la coordinadora del grupo y responsable de la política exterior de la UE, Catherine Ashton .

El nuevo ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, ha informado a Ashton que Irán está interesado en seguir las negociaciones con el propósito de obtener resultados: "No queremos negociar sólo con el objetivo de negociar", explicó hoy Araqchi.

El sábado pasado, Ashton se comunicó con Zarif y le manifestó el interés del G5+1 (formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -China, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia- más Alemania) por reanudar el diálogo para avanzar en las negociaciones sobre el programa nuclear del país.

Hasta ahora, las conversaciones nucleares con el G5+1 por parte de Irán han estado a cargo del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, cuyo secretario, Said Jalili, encabezaba el equipo negociador controlado por el líder supremo, ayatolá Ali Jamenei, y no por el Gobierno del expresidente Mahmud Ahmadineyad.

Algunos gobiernos, con el de Washington a la cabeza, creen que el programa nuclear iraní puede tener una vertiente militar, lo que ha propiciado las sanciones que estrangulan la economía de Irán, mientras Teherán asegura que es exclusivamente civil y pacífico.

Rohaní, tras ser elegido presidente el pasado 14 de junio, aseguró que tratará de mantener unas relaciones constructivas con el resto del mundo, mejorar la situación económica y resolver la cuestión nuclear durante su mandato.

En todo caso, el nuevo gobernante, un clérigo musulmán chií moderado y apoyado por los reformistas que mantiene una buena relación con Jamenei, al contrario de lo que sucedía con Ahmadineyad, recalcó que Irán seguirá con el enriquecimiento de uranio para fines pacíficos, lo que genera suspicacias en Occidente.