Supone el 60% de los ingresos

La costera del bonito más lenta, costosa y complicada... con 75 millones en juego

Los pescadores tardarán mes y medio más que el año pasado en completar la cuota, lo que redunda en un mejor precio en lonja, pero también mucho más gasto en combustible y más horas de trabajo.

Pesca de bonito en el Cantábrico
La costera del bonito en el Cantábrico, ¿cuánto cuesta 'pescar' 75 millones?.
Iñaki Etxarri

El ‘Thunnus alalunga’, el bonito del norte, “no pica como otros años”, dicen los pescadores del Cantábrico. El denominado ‘príncipe azul’, cuya pesca supone el 60% de los ingresos anuales para buena parte de la flota del norte de España, entre 350 y 400 barcos y unos 3.000 pescadores, es más escaso y está más lejos este verano y así la costera se ralentizará y durará, calculan, hasta finales de septiembre o principios de octubre, como sucedía hace un lustro. Y ello tiene sus ventajas e inconvenientes.

El año pasado los pescadores consumieron la cuota asignada el 16 de agosto; en 2020 el 19 del mismo mes y en 2019 el 27. Este año la costera, que comenzó el 15 de junio, se prolongará al menos mes y medio más. La flota apenas ha pescado, a día de hoy, el 55% de las 18.126 toneladas de bonito a la que tiene derecho. Está claro que este año cuesta más arrancar al mar los aproximadamente 75 millones de euros de ingresos que la pesca del bonito supone cada temporada estival para los armadores y pescadores del Cantábrico.

En comparación con las últimas tres campañas, excepcionalmente buenas y rápidas, la pesquería de este año "está siendo más pausada, con capturas menos intensas y más repartidas", según Itsas Etxea Kofradia (Cofradía Casa del Mar), con sede en el Puerto de San Sebastián. El presidente de la Federación de Cofradías de Gipuzkoa, Eugenio Elduaien, por su parte, explica que entre las causas del alargamiento y ralentización de la costera de bonito está el hecho de que “el pescado está más lejos y también hemos comprobado que el recurso no abunda como otros años”. “El bonito no pica o pica menos y el ritmo de capturas es muy inferior al de otros años”, asegura Miguel Neira, gerente de Armadores de Burela (Lugo), puerto que concentra las capturas y venta del bonito en la comunidad gallega. Igualmente, el patrón mayor de Burela, Basilio Otero, destaca que la campaña de este año "está siendo mucho más tranquila que otros años".

La costera del bonito, pesca que se realiza de manera sostenible y artesanal, discurre de manera lenta, debido posiblemente a las altas temperaturas del agua, según explica el Presidente de las cofradías de Cantabria, César Nates. “El único factor diferencial para que haya menos bonito y esté más lejos, que vemos respecto al año pasado, es el de la temperatura del agua del Cantábrico, que este año es de dos o tres grados superior a la del año pasado. Porque el bonito viene todos los veranos al Cantábrico a alimentarse y en el agua hay bocarte (el principal alimento del túnido) en abundancia. O sea que el único factor diferencial este año es el de la temperatura del mar”. Y es que, por ejemplo, en San Sebastián se ha medido este mes de agosto en 25 °C la temperatura del agua del mar, frente a una media de 21-22 °C de veranos anteriores.

La situación de la costera del bonito 2022, la ralentización de las capturas, tiene así sus pros y sus contras. Por un lado, los consumidores nos aseguramos que en las pescaderías podremos encontrar bonito fresco y de “calidad extra” prácticamente hasta el mes de octubre. Además, la pesca más pausada garantiza la actividad y los ingresos a los pescadores durante más tiempo y un mayor precio en lonja. Casi 50 céntimos más por kilo, hasta ahora, que la temporada pasada. 4,25 euros de media frente a los 3,75 del 2021.

Pero, por otro lado, también tiene sus contras. Una, esta misma semana, contra la que es difícil luchar: el temporal en el Cantábrico y la mala mar han impedido a buena parte de la flota zarpar en busca de los caladeros. Además, que la costera se alargue supone para los armadores y pescadores un mayor coste de gasoil, que tiene este año unos precios muy superiores a los del año pasado. “Con el mayor coste que vamos a tener que asumir con el gasoil y el hecho que esté más lejos el bonito y la costera dure más, veremos cómo terminamos la temporada”, asegura Eugenio Elduaien. La campaña es “mucho más costosa porque las capturas caen, pero hay que navegar más para dar con los bancos de pescado y los precios del combustible duplican los del 2021 y triplican los de 2020. Las sensaciones no son buenas porque se gasta más dinero y se trabaja más para intentar alcanzar los resultados de los tres últimos años”, se lamenta el gerente de los armadores de Burela.

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