La erosión de las mutuas lleva a empresas a 'cargar' sus bajas a la Seguridad Social

  • El sector empieza a detectar casos de empresas que no renuevan la cobertura de contingencias comunes y optan por gestionar su absentismo con el INSS.
Gráfico Agujero mutuas por bajas
Gráfico Agujero mutuas por bajas

Las dificultades económicas de las mutuas a cuenta de la insoportable factura que año tras año soportan por la gestión de las bajas por contingencias comunes, es decir, los periodos de inactividad derivados de causas ajenas a la práctica laboral, empiezan a afectar a su actividad cotidiana. Desde hace unos meses, según informan fuentes del sector, varias entidades -entre ellas alguna de las más importantes por tamaño- han empezado a ver como algunas de sus empresas asociadas no renovaban sus convenios con las mutuas para la gestión de ese segmento de la incapacidad temporal -cuya prestación a través de las mutuas no es obligatoria para las empresas, como sí ocurre con las bajas por accidentes de trabajo, sino potestativa- y optaban directamente por tramitarla con el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS), en contra de la práctica que se ha convertido en generalizada de que sean las mutuas de accidentes de trabajo las que se encarguen de esas tareas.

El fenómeno es visto con preocupación desde el sector, que lo observa como un indicio de un eventual déficit reputacional, pero también con un cierto alivio desde la óptica financiera. Las cuentas anuales del ejercicio de 2018 elaboradas por las mutuas y hechas públicas por el Gobierno hace unas semanas a través del BOE revelan que el problema financiero del sector con la gestión de las bajas por contingencias comunes lejos de resolverse ha ido a más. Algunas de las más afectadas lo reflejan de forma explícita en los informes, en los que atribuyen el deterioro de su situación financiera al hecho de que los gastos por la gestión de las incapacidades temporales derivadas de enfermedades comunes están creciendo el doble que los nuevos ingresos obtenidos por las medidas normativas para incrementar los ingresos por cotizaciones sociales puestas en marcha por el Gobierno.

El saldo contable de esta situación para las mutuas es demoledor (ver gráfico). En el año 2018 la insuficiencia de recursos para atender la gestión de las bajas por contingencias comunes (gripes, accidentes domésticos o deportivos, enfermedades crónicas, inactividades relacionadas con el estrés...) abrió un agujero financiero de 942 millones de euros en las cuentas de las mutuas. Y desde que en 2014 la crecida del absentismo, que evoluciona desde hace más de un lustro muy por encima del crecimiento del empleo, hiciera entrar en números rojos el balance de gestión de esta cuenta, en el sector las pérdidas acumuladas por este concepto superan los 3.000 millones

La contabilidad de las mutuas se organiza por compartimentos. Por un lado va el balance de la gestión de la Incapacidad Temporal por enfermedades profesionales o accidente laboral; por otro, el de la incapacidad temporal por contingencias comunes. Además, la ley obliga a las mutuas a dotar reservas en ambos compartimentos con los excedentes que se puedan generar de esa gestión para aplicarlos cuando haya escasez de recursos. Y todavía se regula otro colchón de seguridad, la Reserva de Estabilización, por si la primera red de seguridad no fuera suficiente. En los últimos años, el desfase entre los ingresos recibidos para atender la IT por contingencias comunes y el gasto generado por su gestión se ha llevado por delante ese colchón de seguridad en buena parte del sector y ha obligado a no pocas mutuas a sobrevivir a base de planes de contingencia para evitar ser intervenidas por la Seguridad Social como le ocurrió a la Mutua Gallega, hoy ya dentro de Ibermutua.

Fuentes del sector consultadas por La Información señalan que esa incipiente 'fuga de empresas' hacia el ámbito de gestión del Instituto Nacional de Seguridad Social no es ajena a esos planes de contingencia implantados por las mutuas para cubrirse ante una posible intervención del Ministerio de Trabajo y que podrían estar afectando al servicio prestado a los asociados. Otras fuentes apuntan, sin embargo, a una posible maniobra de algunas mutuas especialmente asfixiadas económicamente para conseguir algo de oxígeno financiero. Las mutuas, como entidades colaboradoras de la Seguridad Social, están obligadas a prestar el servicio de gestión de la IT por contingencias comunes a las empresas que así lo soliciten, pero sus órganos de dirección están formados también por las empresas asociadas, que conocen perfectamente cuál es la situación de las cuentas de las mutuas en las que están...y las posibles estrategias a aplicar para mejora la situación.

la cifra

Las mutuas han perdido más de 3.000 millones de euros con la gestión de la Incapacidad Temporal por contingencias comunes en los últimos cinco años

Según los datos oficiales publicados en el BOE

Desde el Gobierno no se hacen comentarios ni sobre el fenómeno ni de sus posibles consecuencias, que en primera instancia deberían concretarse en un incremento de las cargas de gestión del INSS y siguiendo la lógica que denuncian las mutuas también un incremento de los costes asociados a la misma. No hay que olvidar que los recursos para atender estas contingencias salen de la misma bolsa común con la que se pagan las pensiones del sistema de protección social, lo que durante los últimos años ha justificado la resistencia tanto del Gobierno de Sánchez como anteriormente del de Mariano Rajoy a incrementar la asignación de las mutuas a través de la subida de la cuota de participación en los ingresos por cotizaciones del 0,051% que les corresponde por ley. 

La prueba de la insuficiencia de estos recursos es que en 2018 no hubo una sola mutua que no perdiera dinero con la gestión de las contingencias comunes y que el porcentaje de las que tuvieron que tirar de los excedentes de la gestión de las contingencias profesionales y de las reservas acumuladas por la misma ya es mayoritario, cuando hace apenas dos años solo alcanzaba a un tercio del total.

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