El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, han remitido una carta conjunta a ministros de finanzas, grupos parlamentarios y negociadores para pedirles que apoyen la candidatura de Madrid para albergar la agencia europea contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo (AMLA).
"Madrid presenta la candidatura más fuerte", defienden Cuerpo y Martínez-Almeida en la carta, a la que ha tenido acceso a EFE, fechada el pasado 14 de febrero y que supone un intento adicional de promover la candidatura que se resolverá el próximo 22 de febrero.
En el documento, el ministro y el alcalde recuperan algunos de los argumentos que ya expusieron en Bruselas el pasado 30 de enero, entre ellos que España cuenta con un largo historial de lucha contra el blanqueo de capitales y de cooperación internacional en este sentido o el "liderazgo digital" del país.
La ciudad ha propuesto la Torre de Cristal en la zona norte de la capital para que en ella pueda situarse la sede del nuevo organismo europeo, que centralizará las competencias supervisoras, normativas y de coordinación entre las unidades de inteligencia financiera de los Estados miembro.
A esto añaden que Madrid es "una ciudad verde, cosmopolita y vibrante", con un coste de la vida entre un 20% y un 30% inferior al de la mayoría de las capitales europeas, y que la sede se ubicaría en el distrito financiero, cerca del aeropuerto y sería costeado por el ayuntamiento. Madrid compite para albergar la nueva agencia europea con París, Fráncfort, Roma, Viena, Vilna, Riga, Dublín y Bruselas.
La cuarta economía del euro no alberga instituciones financieras
La AMLA, que centra la estrategia de Bruselas contra el lavado de capitales, se ocupará de vigilar directamente a ciertas entidades financieras consideradas de alto riesgo en materia de blanqueo o financiación del terrorismo y de coordinar la acción de los supervisores nacionales; empezará a funcionar en 2025 y tendrá alrededor de 400 empleados.
La nueva institución hará que los supervisores nacionales tengan un nuevo estándar al que adaptarse y fijará también nuevas exigencias para las propias entidades. Al mismo tiempo, la agencia traerá consigo una homogeneización en los procedimientos y una mayor calidad, que requerirá también de una adaptación de los modelos que ya existían a nivel nacional. Esto, dará lugar a un sistema de vigilancia y control más sólido, puesto que va a proporcionar una "visión del riesgo global" mejorada, lo que a su vez permitirá que lucha contra el blanqueo y la financiación del terrorismo sea más eficiente.
A pesar de ser la cuarta economía europea por tamaño, España no alberga actualmente ninguna institución financiera europea, como sí sucede con Alemania (Banco Central Europeo) o Francia (sede de la Autoridad Bancaria Europea, la EBA). Esto, pese a que a raíz de la pasada crisis financiera puso en marcha una de las reformas más profundas del sistema financiero a nivel comunitario para dotarlo de más liquidez y solvencia contra riesgos como los que se han vivido recientemente con la quiebra del SVB estadounidense o con los problemas de Credit Suisse.
