Las deducciones en el IRPF que Hacienda quiere eliminar

El Gobierno consiguió mantener las carreteras sin peajes, pero el Plan de Recuperación presentado a la Comisión Europea sigue incluyendo recortes en otras áreas, empezando por la recaudación fiscal.

El Ejecutivo sigue con su plan de revisión exhaustiva de los beneficios fiscales y ya hay quinielas sobre cuáles pueden dejar de aplicarse. Entre los que no parece que vayan a desaparecer están las deducciones por inversión en empresas de nueva creación, que han aumentado en 2023 con la nueva Ley de Start ups.

Entre los que tienen papeletas de hacerlo está la deducción por tributación conjunta de la que se benefician principalmente matrimonios donde uno de los cónyuges trabaja y el otro no o unidades monoparentales con sus hijos. La razón está en el ahorro fiscal que podría generar. La razón está en el ahorro fiscal que podría generar, según explican desde El Economista.

Los números de la tributación conjuntados

En España cerca de 3,2 millones de contribuyentes presentaron la declaración de forma conjunta según los datos de Hacienda.

En términos económicos esto se tradujo en un coste adicional de 2.400 millones de euros según los cálculos de AiReF, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, con los datos de la Memoria de Beneficios Fiscales.

Al deducción por tributación conjunta asciende a 3.400 euros en el caso de matrimonios con hijos y a 2.150 euros para quienes no tienen descendencia. Es el motivo por el que cada año millones de personas se preguntan si es mejor hacer la renta de forma individual o en pareja.

Otras deducciones en el punto de mira de Hacienda

La deducción por tributación conjunta aparece en el primer lugar de la lista por su impacto, pero no es la única deducción en peligro, ni mucho menos.

En total, el Ejecutivo va a vigilar y evaluar cerca de 8.300 millones de euros en deducciones en el IRPF. Lo que el Gobierno va a revisar es si todos estos beneficios fiscales cumplen el objetivo para el que fueron diseñados y si coste fiscal está o no justificado. En otras palabras, si merece la pena ingresar menos en la renta por mantenerlos.

El listado de incentivos bajo sospecha es amplio. Entre ellos figura la deducción por alquiler de vivienda, que sin embargo tiene ahora mismo carácter transitorio. Actualmente solo los alquileres anteriores a 2015 pueden desgravar a nivel estatal, aunque hay comunidades autónomas que mantienen ayudas para nuevos arrendamientos.

Desde AiReF abogan por mantenerla, pero limitando todavía más sus beneficiarios para que solo quienes están en peor situación económica puedan beneficiarse de ellas.

Otra de las deducciones que podría revisarse es la deducción por donativos, que permite desgravar hasta un 80% de los primeros 150 euros aportados a fundaciones y ONGs y entre un 35% y un 40% del resto de aportaciones.

Según los cálculos de AiReF, las deducciones por donaciones suponen un coste adicional de 500 millones de euros, de ahí que se vaya a evaluar su estructura. Lo mismo aplica a otras deducciones como las de paternidad o discapacidad, o la reducción por rendimientos de trabajo, que es una de las más importantes para los colectivos con menos ingresos.

En concreto, permiten reducir hasta 5.565 euros a los contribuyentes con rendimientos netos del trabajo inferiores a 16.825 euros y que no tengan rentas distintas superiores a 6.500 euros.

Por último, los planes de pensiones no se libran del escrutinio del Ejecutivo, aunque ya fueron objeto de recortes. En 2021 las aportaciones máximas se redujeron a 2.000 euros y en 2022 pasaron ya a los actuales 1.500 euros para planes de pensiones individuales.

A cambio, sí que se han fomentado los planes de pensiones de empleo, que son los que las empresas tienen para sus empleados.

Lo que parece estar fuera de la mesa por ahora son los fondos de inversión, que en España tienen la ventaja fiscal de no tener tributar en caso de traspaso, algo de lo que no disfrutan otras alternativas como las acciones.