La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha solicitado una reunión urgente de la mesa de seguimiento del acuerdo de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos este mismo viernes. Según ha podido saber La Información por fuentes conocedoras de este movimiento, el motivo que subyace es la pretensión de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, de participar directamente en la negociación abierta con la patronal y los sindicatos sobre la reforma laboral comprometida con Bruselas.
Ha sido la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, quien ha anunciado la solicitud de una reunión urgente de la mesa de seguimiento del acuerdo de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos esta misma mañana. "Necesitamos abordar la gestión y ejecución de los compromisos de coalición", ha manifestado en un comentario en Twitter sin hacer mención concreta sobre los puntos concretos del pacto. Si bien fuentes de UP confirman que ha sido Yolanda Díaz quien ha realizado esta petición como coordinadora del espacio de la formación morada en la coalición y otras fuentes conocedoras de la motivación de la vicepresidenta aseguran que el asunto de fondo es la intromisión de Calviño en la reforma laboral.
Consultados al respecto, desde el departamento de Calviño se limitan a aclarar que "la vicepresidenta primera es la que coordina la política económica del Gobierno" y que, por tanto, "todo lo que tiene reflejo en la economía pasa por ella". "No ha cambiado nada", zanjan fuentes de su equipo más cercano. Sin embargo, su intención de participar de manera directa en las conversaciones con las organizaciones patronales y sindicales en la recta final de la negociación no ha sentado bien a Díaz. Hay que recordar que, actualmente, son los ministerios de Trabajo y Seguridad Social los que se sientan en la mesa con CCOO, UGT, CEOE y Cepyme.
La injerencia de Calviño ha sido la gota que ha colmado el vaso. Para Unidas Podemos, la derogación de los aspectos más lesivos de la reforma laboral del PP es un punto clave del acuerdo de coalición. La vicepresidenta Yolanda Díaz relanzó esta apuesta en la Fiesta del Centenario del Partido Comunista de España y el propio presidente del Gobierno reafirmó este objetivo el pasado fin de semana en el Congreso del PSOE. Si bien el término "derogar" nunca ha sido del gusto de Calviño y es ahí precisamente donde ha resurgido el choque que ha provocado la convocatoria de una reunión urgente de los partidos de la coalición que a esta hora ya ha sido aceptada por el PSOE.
Una reforma "equilibrada"
De hecho, este mismo jueves, Calviño volvía a mostrar sus resistencias a apoyar expresamente la derogación de la reforma laboral del PP en la inauguración del 12 Congreso confederal de CCOO. Como máxima representante del Gobierno en el acto y ante una amplia presencia sindical, la vicepresidenta pidió superar el debate "sobre reformas y contrarreformas" y abogó por una reforma "equilibrada". "Creo que lo que tenemos que hacer es trabajar mirando al futuro y abordar un paquete equilibrado de cambios que modernicen nuestro merado laboral", sostuvo.
Estas declaraciones no sentaron bien ni a los líderes sindicales (tanto Unai Sordo, como secretario general de CCOO, como Pepe Álvarez, líder de la UGT, participaron en el evento) ni a la responsable del área laboral del Gobierno, que considera que Calviño no debe intervenir de manera directa en sus competencias. Sin embargo, desde el Ministerio de Asuntos Económicos insisten en que todas las políticas que tienen un reflejo en la economía, como es la regulación del mercado de trabajo, cuelgan de su radio de actuación.
Entre los cambios "equilibrados" que defiende Calviño están la reducción de las modalidades contractuales para reducir la excesiva temporalidad del mercado laboral, la creación de un mecanismo de estabilidad y flexibilidad interna en las empresas (el denominado 'Mecanismo de Sostenibilidad del Empleo'), así como la reforma de la subcontratación y la "modernización" del actual esquema de negociación colectiva. Tal y como aparece en el actual borrador que debate la mesa, es ese último punto el que abordaría el desmontaje de algunos elementos de la reforma laboral de 2012, como la prevalencia del convenio de empresa sobre el sectorial, la mayor facilidad para la modificación unilateral de las condiciones de trabajo por parte del empresario y el límite a la ultraactividad de los convenios colectivos.
Ante la negativa de la CEOE a abordar estos asuntos, Calviño ha emplazado a los agentes sociales a alcanzar un acuerdo sobre la modernización de la legislación laboral y ha insistido en numerosas ocasiones en que las reformas consensuadas son más efectivas porque perduran en el tiempo. Esto es precisamente lo que pide la Comisión Europea al Gobierno español en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de cuyo cumplimiento depende la llegada de los millonarios fondos.
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