Críticas de la oposición y los vecinos 

Las 'dudas' de Almeida con sus terrazas okupas dejan a Madrid al filo de la deuda

A finales de 2020, el alcalde aprobó una normativa que eximía de pagar los impuestos por terraza a todos los hosteleros de la capital y permitía la creación de un nuevo tipo de espacio que invadía la vía pública.

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Las 'dudas' de Almeida con sus terrazas okupas dejan a Madrid al filo de la deuda
Javier Leal

'El alcalde de España', este fue el apodo que recibió el regidor de Madrid, José Luis Martínez Almeida, durante la pandemia provocada por el coronavirus. Él -que no había ganado las elecciones y que generaba un gran rechazo por parte de los votantes de izquierdas, nostálgicos de la líder carismática a la que sucedió- comenzó a hacer una gestión efectiva y eficiente que provocó el reconocimiento de gran parte de la opinión pública madrileña. Entre éstas, estuvo la exención para los hosteleros de pagar los impuestos por las terrazas ante las restricciones -horarias y de espacio- que la Covid había causado. A esto se le unió otra decisión sin precedentes: la creación de una serie de terrazas 'okupas' en aceras o, incluso, en aparcamientos públicos.

Meses después, estas medidas de excepción se van a mantener, pese al anuncio del fin de las restricciones de ocio en la capital. Así, la Comunidad de Madrid (a partir de una modificación del punto ocho de la orden que establecía medidas preventivas contra la Covid) eliminará este lunes, 20 de septiembre, la limitación horaria en todos los locales de hostelería y ocio nocturno, en los que, en todo caso, se mantiene la prohibición de consumir en barra y el uso de la pista de baile. Esta nueva medida la detalló el pasado miércoles el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero. Una decisión que se toma debido a la consolidación de la "tendencia descendente" de la infección por la Covid y de la estrategia de vacunación. Sin embargo, esta situación ha originado una controversia: vuelve la normalidad y continúa sin regularse la actividad.

En Madrid capital hay, según los datos del Ayuntamiento, 6.717 terrazas. Todas ellas seguirán el próximo lunes sin pagar el impuesto por la terraza. Sin embargo, de entre todas, son las terrazas okupas las más costosas ya que no solo no pagan el espacio público en el que están, sino que también invaden aparcamientos públicos, que son una fuente de ingresos para el consistorio. En la actualidad hay más de 3.500 terrazas 'okupas'. Los espacios que abarcan son muy variados y dependen de los metros que ha perdido el establecimiento en su interior . 

Fuentes del Ayuntamiento aseguran que "todas las terrazas estaban exentas en 2021 del pago de la tasa por la pandemia" y calculan que el coste de esta exención fue de 8,9 millones de euros. Una cantidad que puede parecer insignificante ya que supone el 0,1% de los presupuestos del consistorio, pero que si lo comparamos con el coste de alguna obra pública actual, como puede ser la de plaza de España, esta cantidad adquiere mayor relevancia: se  podría sufragar hasta el 14% de la obra. El consistorio asegura que "todavía no se han aprobado las nuevas ordenanzas fiscales de 2022", por lo que "no saben" si se mantendrá esa medida o no de cara al próximo año. 

En medio de esta incertidumbre, Madrid registra algunos datos alarmantes. Por un lado, lleva dos trimestres consecutivos aumentando los días de retraso en su periodo medio de pago a proveedores. En la actualidad está en 29 días, siendo 30 el límite para no ser considerado deudor. Por otro lado, desde que Almeida llegó al poder, los ingresos no financieros del Ayuntamiento se han visto sensiblemente reducidos: pasando en 2018 de 5,1 mil millones de euros a 4,7 mil millones. Mientras que los gastos no financieros han aumentado: pasando de 4,4 mil millones de euros a 4,6 mil millones. Si se continúa reduciendo el ingreso con políticas que no fiscalizan -como ocurre con terrazas okupas que no pagan y que, además, ocupan fuentes de ingresos- puede acabar produciéndose un agujero fiscal en la capital.

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Una de las terrazas Covid que hay en Madrid.

Javier Leal

Estas terrazas 'okupas' son, para más inri, rechazadas por la oposición y los vecinos. Marta Higueras (diputada de Recupera Madrid y cuyo partido ha sido clave para que Almeida haya podido sacar adelante su nuevo Madrid Central) afirma a La Información que "hay que levantar las terrazas provisionales" y convertir ese espacio en un aparcamiento de motos para que éstas "bajen de las aceras". En cuanto a la recaudación, sostiene que "hay que tenerlo en cuenta, pero nunca a costa de alterar el descanso vecinal". De momento, la vicealcaldesa, Begoña Villacís, ya ha dejado caer que éstas podrían mantenerse hasta 2024.

Por otro lado, Quique Villalobos, presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm), sostiene que "el Ayuntamiento ha hecho una consulta y la mayoría ha dicho que no quiere ese tipo de terrazas". Las razones son, según él, debido a "los ruidos, la suciedad, la falta de descanso y la alteración del statu quo de la calle". Villalobos afirma que "la ley del ruido es muy clara" y advierte que "si un gobernante aumenta el ruido en una zona conociendo lo que dice la ley, esa acción tiene nombres y apellidos: prevaricación".

Entre los hosteleros hay mucha incertidumbre sobre qué ocurrirán con sus terrazas, de entre todos los consultados, ninguno sabe cuál será el futuro de éstas. "Mi terraza (la foto del titular) todavía no la he empezado a construir. Solo tengo las tablas", sostiene el responsable de un bar cercano a la estación de Atocha, que prosigue, "me han dado la licencia hace poco para construirla y, en principio, la Villacis dice que van a seguir". En un bar próximo hay otra terraza Covid que invade dos plazas de aparcamiento. Allí, su dueña dice que "no le han dicho cuándo habrá que pagar las tasas", pero asegura que ella tiene su licencia y confía en que se quede la terraza porque "ha tenido un coste poner el material".

El alcalde Martínez Almeida lleva tiempo sin ser noticia por su gestión, sobre todo desde que el presidente de su partido a nivel nacional, Pablo Casado, lo designó como portavoz. A partir de entonces, Almeida ha tenido que combinar dos trabajos nada fáciles: ser la voz de un partido que es la segunda fuerza política en el Congreso de los Diputados y, al mismo tiempo, gobernar una ciudad de más de tres millones de habitantes. Además, en las últimas semanas se le relaciona con una pugna contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para liderar el partido a nivel autonómico, un cargo más que lo convertiría en el primer alcalde de la ciudad en ostentar tres puestos diferentes al mismo tiempo. La acumulación de trabajo 'extra' está haciendo que esa gestión ejemplar que le caracterizó en la pandemia se deteriore porque, como bien dice el refrán español, "el que mucho abarca, poco aprieta" y justamente eso es lo que le está pasando al alcalde.

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