EEUU refuerza la supervisión de Wall Street con aprobación de "Norma Volcker"

  • Estados Unidos dio hoy finalmente luz verde, tras dos años y medio, a la llamada "Norma Volcker" con la que se da inicio a una nueva era de supervisión financiera por parte del gobierno federal y que limita la capacidad de toma de riesgos por los principales bancos del país.

Alfonso Fernández

Washington, 10 dic.- Estados Unidos dio hoy finalmente luz verde, tras dos años y medio, a la llamada "Norma Volcker" con la que se da inicio a una nueva era de supervisión financiera por parte del gobierno federal y que limita la capacidad de toma de riesgos por los principales bancos del país.

"La Norma Volcker cambiará el comportamiento y las prácticas en nuestros mercados financieros para proteger a los contribuyentes de los riesgos creados" por las inversiones especulativas de los bancos, afirmó Jack Lew, secretario del Tesoro de EE.UU., en una declaración escrita.

Mediante esta nueva normativa, los grandes bancos de EE.UU. con más de 50.000 millones en activos consolidados quedarán inhabilitados para realizar actividades especulativas de riesgo con los fondos de sus clientes, en busca de su propio beneficio, actividad que se ha considerado como uno de los desencadenantes de la crisis financiera de 2008.

Las cinco agencias de regulación financiera de EE.UU. dieron su aprobación definitiva: la Reserva Federal (Fed) y la Corporación Federal de Seguro de los Depósitos Bancarios (FDIC), la Comisión de Negociación de Futuros (CFTC), la Comisión del Mercado de Valores (SEC) y la Oficina del Auditor de Divisas (OCC).

Aunque la norma exige que sea cumplida para mediados de 2014, la Fed ha aprobado una extensión que permitirá que su entrada en vigor se retrase a julio de 2015.

La "Norma Volcker" es la parte más controvertida de la ley de reforma financiera de Wall Street "Dodd-Frank" de 2010, diseñada como consecuencia de la grave crisis financiera que sacudió a EE.UU. en 2008 y que provocó la mayor recesión económica en siete décadas.

"Nuestro sistema financiero y los ciudadanos estarán más seguros porque luchamos para incluir esta cláusula en la ley", subrayó el presidente Barack Obama en un comunicado divulgado por la Casa Blanca tras conocerse la aprobación de la normativa.

Además, Obama instó "al Congreso a aportar a los reguladores los fondos necesarios para aplicar la norma de manera eficiente y eficaz, lo que permitirá proteger a las familias trabajadoras y a los empresarios de futuras crisis, y restaurar la certidumbre y confianza de todos en el dinámico sistema financiero de EE.UU."

La redacción final del texto ha tardado más de dos años y medio, debido a las batallas en el seno del Congreso, especialmente por parte de los republicanos, y a las presiones del sector financiero, que se oponía a su aplicación.

"Estamos disgustados de que podamos haber sacrificado un proceso eficaz que podría haber evitado consecuencias adversas (...) (La Norma Volcker) puede dañar la capacidad de las empresas de recaudar capital necesario para crecer y operar", indicó David Hirschmann, presidente de mercados de capital de la Cámara de Comercio de EE.UU.

Grandes bancos de inversión como Goldman Sachs o JP Morgan habían criticado frontalmente la nueva normativa, por considerar que tendría efectos negativos sobre la sofisticada industria financiera estadounidense.

No obstante, los esfuerzos del sector se vieron seriamente afectados el año pasado cuando se descubrió el caso de la "ballena de Londres", en el que la oficina de inversiones de JPMorgan en Londres registró pérdidas de más de 6.000 millones de dólares, precisamente en varias operaciones en el mercado de derivados.

El partido republicano también se ha opuesto con vehemencia a la "Norma Volcker", bautizada así por el nombre del expresidente de la Reserva Federal Paul Volcker y asesor financiero del presidente Obama.

En ese sentido se expresó Jeb Hensarling, congresista republicano por Texas y presidente del Comité Financiero de la Cámara de Representantes, quien criticó la medida como "un ejemplo más de cómo el exceso de regulación de Washington acaba dañando más que ayudando".

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