Madrid, 28 ago.- El índice de precios de consumo (IPC) volvió a registrar en agosto tasas negativas (0,5 %) por segundo mes consecutivo, una caída que es superior a la de julio (0,3 %) y que aumenta la posibilidad de que se produzca deflación (caída continuada de los precios).
Como es habitual, expertos y Gobierno discrepan ante este escenario negativo del IPC, ya que mientras los primeros alertan de esa posible situación, el Ejecutivo sigue asegurando que el año acabará en tasas positivas, aunque moderadas.
El descenso del 0,5 % del IPC interanual es el mayor desde octubre de 2009 cuando el registro negativo fue del 0,7 %.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) explica que la reducción de agosto se debe, principalmente, a la bajada de los precios de los carburantes y lubricantes, frente a la subida de 2013.
El IPC se situó en tasa negativa en julio (0,3 %) después de tres meses de leve crecimiento (abril, 0,4 %; mayo, 0,2 %, y junio, 0,1 %), que se registraron, tras la caída del 0,1 % en marzo.
Por tanto, agosto es el tercer mes con tasas negativas interanuales del IPC en lo que va de año.
En cambio, los precios de consumo sí registraron una tasa mensual positiva en agosto, el 0,1 %.
El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, ha considerado hoy que el hecho de que haya algunas caídas de precios no es motivo de preocupación y ha augurado que en los próximos dos meses todavía se podrían registrar bajadas, si bien se ha mostrado convencido de que el año terminará con tasas positivas.
Jiménez Latorre no cree que se esté en una situación de deflación, entendida como un proceso en el que la demanda y los precios van cayendo y se inicia un proceso continuado de bajada de precios.
Por su parte, el catedrático de Economía de la Bangor University e investigador de Funcas, Santiago Carbó, ha afirmado a Efe que la caída del IPC interanual de agosto era previsible, aunque admite que no de forma "tan significativa".
Sin embargo, indica que los malos datos de crecimiento y de otros indicadores de la zona del euro sí apuntaban a que la caída podía ser más importante de lo esperado.
Carbó asegura que la deflación es un escenario posible si no se actúa en "muchos frentes" y advierte de una situación que da "miedo y vértigo", al tratarse de un problema "muy serio" que puede "dar al traste" con la incipiente recuperación.
A su juicio, la deflación es "más que probable" si el BCE no actúa con firmeza y si no hay medidas fiscales que estimulen la demanda.
En cualquier caso, advierte de que puede que con el BCE ya no sea suficiente y añade que hace falta algo más desde la óptica de estímulo fiscal en Europa, "algo poco probable por lo que opinan los países del norte".
Las asociaciones de autónomos, salvo ATA, también alertan del riesgo de deflación.
Para UPTA sólo se puede evitar con medidas que recuperen la demanda interna y con una mayor presencia de las pequeñas empresas en el mercado exterior.
OPA subraya que existe "serio" riesgo de que aparezca "el fantasma de la deflación" y solicita medidas que impulsen el consumo.
Uatae incide en que la deflación "llama a la puerta" y pide que se mejoren las rentas de los españoles, especialmente de pensionistas, trabajadores asalariados y autónomos.
En cambio, ATA considera que el IPC terminará el año en positivo y que se mantendrán moderadamente bajos los precios.
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