Las empresas tendrán que aportar más transparencia por la ESG antes de 4 años

En medio de una coyuntura económica cada vez más compleja, marcada aún por los efectos de la pandemia en las cadenas de suministro globales, por el golpe de la crisis energética, de la guerra en Ucrania o de la inflación, así como por unos tipos de interés que, con toda probabilidad, van a permanecer elevados por un buen tiempo, la sostenibilidad va a seguir estando en los ejes estratégicos de los gobiernos europeos y del propio sector privado. Tanto es así, que en los próximos tres o cuatro años las empresas tendrán que seguir aumentando su transparencia, en línea con las exigencias del mercado, y esto les llevará, necesariamente, a reforzar los departamentos de análisis y la propia información que trasladan.

La reflexión la hace Carmen Vara, directora de Operaciones por cuenta del Estado del Consorcio Español de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce), que recuerda que compañías como la suya, que están muy reguladas, llevan desde los años 90 midiendo el impacto medioambiental, primero, y social en los últimos años, de los proyectos a los que respaldan, de acuerdo con unas líneas de actuación que establece la OCDE, y que la Unión Europea asume y son de imposición legal a su actividad. 

De lo que se trata es de que "se respete uno de los principios fundamentales de la sostenibilidad, que es reducir al máximo el impacto de los proyectos que se financian con nuestro apoyo", explica Vara. Para ello, cuando la agencia de crédito a la exportación recibe la solicitud de financiación, se estudian los impactos medioambientales y sociales de ese proyecto, se identifican, se clasifican (en altos, medios y bajos), y en el caso de los proyectos con un impacto alto, se comprueba si se han contemplado medidas de mitigación que vayan a reducirlos o eliminarlos, así como que existan planes de acción para llevar a cabo modificaciones a la ingeniería del proyecto, a la ubicación... 

Pero además, incide Vara, esas herramientas de apoyo y esos estándares que se imponen a los proyectos -que básicamente son los estándares medioambientales europeos, los de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) o los del Banco Mundial- se trasladan a los países y a las empresas destino de la financiación y son normas que, en la práctica, están a la vanguardia de cada industria o de cada sector industrial.

El nexo entre sostenibilidad y perdurabilidad 

Elena Fraguas, Consejera Adjunta a Presidencia del grupo de moda Mirto, añade otra idea al debate, la de que para ser sostenible un proyecto debe, necesariamente, perdurar en el tiempo. "Que las empresas sean sostenibles en el tiempo, sostenibles financieramente, sostenibles como negocio, sostenibles para generar puestos de trabajo, para mantenerse en un mercado", señala. La empresa que fundó su padre en 1956 ha mantenido como una de sus metas la fabricación de moda de calidad siguiendo los criterios ESG (factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo). Esto es, trabajando en temas medioambientales para ver cómo pueden hacer un mejor uso de los recursos, racionalizando los consumos, haciendo un seguimiento de la huella... y sin dejar de lado los aspectos sociales.

En el marco de la tercera entrevista del vídeo podcast 'Nueva globalización. Nuevos retos', organizado por Cesce y por el Foro de Marcas Renombradas Españolas, Fraguas apunta también a los aspectos sociales y a los criterios de gobernanza y ética empresarial. "El tema de generar trabajo, pero, sobre todo, trabajo de calidad, con unas buenas condiciones laborales, con conciliación, con planes de igualdad... Nosotros tenemos un porcentaje muy grande de la plantilla que son mujeres y que consiguen conciliar por la forma en la que trabajamos", sostiene.

Más regulación en materia ESG

El aumento de la regulación en el ámbito de la sostenibilidad ha afectado desde dos puntos de vista a Cesce que, al ser una empresa de servicios financieros, la ha convertido en un eje estratégico de su actividad. Así, la sostenibilidad, los conceptos ESG y la Agenda 2030, han hecho que la empresa se transforme reduciendo consumos, yendo hacia el autoconsumo, fomentando la movilidad sostenible (de bajas o cero emisiones), unos planes de igualdad que han recibido reconocimientos externos, así como la Certificación de Empresa Familiarmente Responsable (EFR), que reconoce las buenas prácticas en las organizaciones que integran modelos para la conciliación de la vida laboral y familiar.

Pero también, y en lo que tiene que ver con la cuenta del Estado, en la medida en que la sostenibilidad y los compromisos del Gobierno español y de la Unión Europea en materia de sostenibilidad y de lucha contra el cambio climático son una línea de política industrial y económica, Cesce, como un instrumento más del Estado en favor de la financiación y del apoyo de las empresas, la compañía aplica todos estos principios en su actividad como seguro de crédito por cuenta del Estado español.