Accidentes laborales

Las enfermedades profesionales que dan derecho a pensión o indemnización

Más de 2,78 millones de personas mueren cada año por accidentes o dolencias relacionadas con el trabajo, según la OIT. Sin embargo, no todas están reconocidas como enfermedades profesionales.

Trabajadora que ha sufrido un accidente laboral.
Trabajadora que ha sufrido un accidente laboral.
©[Elnur] a través de Canva.com

El concepto de enfermedad profesional puede llevar a cierta confusión. Si un trabajador se pone enfermo, la patología puede ser considerada una enfermedad común o profesional. Para que una dolencia sea reconocida como enfermedad profesional, se han de cumplir una serie de requisitos. En primer lugar, la enfermedad tiene que haber sido contraída en el puesto de trabajo y a consecuencia del mismo. Si un reponedor de supermercado sufre una lesión cuando se dirige a la tienda será clasificada como una enfermedad común. Pero si un veterinario sufre diarrea y fiebre como consecuencia de una infección transmitida por un perro de la clínica será considerada una enfermedad profesional.

El origen laboral de la patología no es suficiente para que sea calificada como profesional. Además de ser contraída en el puesto de trabajo, existe un requisito imprescindible para que una enfermedad sea considerada como tal: tiene que estar recogida expresamente en la ley. Es decir, la enfermedad tiene que figurar dentro del listado oficial de enfermedades profesionales reconocidas por la Seguridad Social.

Así lo establece la legislación española: “Se entenderá por enfermedad profesional la contraída a consecuencia de un trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifiquen en el cuadro que se apruebe por las disposiciones de aplicación y desarrollo de esta Ley y que esté provocada por acción de los elementos y sustancias que en dicho cuadro se indique para cada enfermedad profesional”, señala el artículo 157 de la Ley General de la Seguridad Social (LGSS).

Listado de enfermedades profesionales

El listado de enfermedades profesionales está recogido en el Real Decreto 1299/2016. El cuadro de dolencias está dividido en seis grupos: causadas por agentes químicos; físicos; biológicos; por inhalación de sustancias; enfermedades de la piel causadas por sustancias y agentes no incluidos; y por agentes carcinogénicos.

Se trata de un listado es muy exhaustivo, donde cada dolencia viene acompañada de los trabajos que pueden sufrirla. Por ejemplo, la hipoacusia o sordera provocada por el ruido puede ser reconocida como enfermedad profesional a personas que realicen trabajos relacionados con el tráfico aéreo, como personal de tierra o mecánicos, o a quienes trabajen en discotecas. Sin embargo, no ocurre lo mismo cuando se trata de un profesor o un periodista. La rigidez de este listado ha provocado quejas por parte de los trabajadores, ya que en muchas ocasiones la dolencia no es calificada como profesional. El 20% de las enfermedades provocadas por el trabajo no están reconocidas en el cuadro de enfermedad profesional, según ha denunciado el sindicato UGT en diversos informes.

El cuadro de enfermedades profesionales puede ser actualizado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, pero la realidad es que apenas se ha modificado desde su aprobación. Hace tres años, en mayo de 2018, el cáncer de pulmón por inhalación de polvo de sílice fue incluido en la lista.

A raíz de la pandemia, el contagio por coronavirus entre el personal sanitario y sociosanitario se considera enfermedad profesional, en lugar de como accidente de trabajo. Sin embargo, esta medida se adoptó de forma temporal y no se incluyó en el cuadro. “Los contagios por covid-19, entre personal sanitario y sociosanitario únicamente serán considerados como enfermedad profesional hasta el levantamiento por las autoridades sanitarias de todas las medidas de prevención adoptadas para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el virus SARS-CoV-2”, ha señalado UGT.

Cómo reconocer una enfermedad profesional

Si un trabajador sufre una enfermedad provocada por el trabajo, tiene que acudir a la mutua de la empresa. Esta se encargará de declarar el origen profesional de la contingencia y dar la baja laboral. Si el empleado acude a su médico de cabecera puede emitir un parte de sospecha de enfermedad profesional, que será revisado por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).

Aunque parezca una obviedad, solo están protegidos ante una enfermedad laboral aquellos trabajadores que estén dados de alta en la Seguridad Social. Los autónomos también tienen la obligación de cotizar por contingencias profesionales desde 2019.

Derecho a una prestación por incapacidad

Un trabajador que esté de baja por enfermedad profesional tiene derecho a asistencia sanitaria, así como a percibir una prestación por incapacidad temporal. No existe ningún tipo de requisito de antigüedad para poder cobrar esta prestación. ¿Cuánto dinero recibirá el trabajador durante la baja? El empleado recibirá el 75% de la base reguladora desde el día siguiente a la baja laboral. El salario correspondiente al día de la baja lo tiene que abonar la empresa.

Tras la baja médica es posible que el trabajador sufra secuelas de las que no se pueda recuperar. En algunos casos las secuelas derivadas de una enfermedad profesional pueden derivar en una incapacidad permanente. Esta puede ser total, cuando inhabilita al trabajador para ejercer su profesión pero puede realizar otras, o absoluta, cuando no puede desempeñar ningún oficio. Si un trabajador tiene reconocida la incapacidad permanente, recibirá una prestación económica por parte de la Seguridad Social. Los pensionistas por incapacidad permanente total cobran un 55% de su base reguladora, mientras que los que tienen reconocida la absoluta cobran el 100%.

Otra secuela que puede sufrir el trabajador son las lesiones permanentes no invalidantes. Estas lesiones no alteran de forma significativa la actividad profesional, pero sí repercuten en su integridad física. Algunos ejemplos son lesiones o pérdida de dedos de las manos o alteraciones en la capacidad auditiva. El trabajador que sufre este tipo de lesiones no recibe una pensión como ocurre con aquellos trabajadores que sufren una incapacidad permanente. En este caso, se tiene derecho a recibir una indemnización, que se cobra una única vez. El cobro de esta prestación es compatible con el salario recibido por el trabajo.

La situación más trágica ocurre cuando se produce el fallecimiento del trabajador a causa de la enfermedad profesional. La Seguridad Social establece que en caso de muerte se concede al cónyuge y a los huérfanos una indemnización, además de la pensión.

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