Todos ganan con el acuerdo del cereal ucraniano (conocido también como 'Iniciativa de granos del Mar Negro), que permite a Ucrania exportar grano a través del Mar Negro, especialmente trigo y maíz. Ganaderos, fabricantes de piensos, Ucrania, e incluso, Rusia. Porque el pacto también la permite exportar fertilizantes. Pero si hay un país que se ha convertido en un gran cliente de este particular corredor es España. Es el primer comprador europeo (Polonia, que es el segundo, adquirió 2,4 millones de toneladas) y solo ha sido superado por China desde enero. En concreto, según datos de aduanas de la Comisión Europea recogidos por EFE, las importaciones de cereal ucraniano se incrementaron un 80% el año pasado hasta los 4,6 millones de toneladas. A nivel comunitario, las importaciones de trigo, cebada y maíz ucranianos se dispararon un 104% el año pasado.
El director general de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac) Jorge de Saja, ha apuntado que a pesar de algún que otro órdago al gigante ruso le interesa mantener abierto el corredor del Mar Negro. Lo que, a la postre, ha favorecido la renovación del acuerdo. "Necesita volver a ser vista como una interlocutora creíble para los mercados internacionales", apunta a La Información. ¿Y China? "Compra barato", matiza Saja quien recuerda que al país dirigido por Vladimir Putin tener intermediarios para dar salida a sus exportaciones agroalimentarias, como los chinos y los indios, le supone ceder parte de las ganancias.
Pero, ¿qué hay detrás de este ritmo importador? No es casualidad que el ministro de Agricultura, Luis Planas, se haya felicitado en varias ocasiones por la renovación de este pacto hasta finales de julio. Hay dos poderosas razones: La estabilidad de los mercados internacionales de cereales (alejando el fantasma de revueltas en países como Egipto y Túnez) y, a nivel español, el funcionamiento de un sector exportador tan fundamental como el de la carne de porcino. Somos los terceros productores mundiales de porcino tras China y Estados Unidos con una cabaña de 32,5 millones de cabezas. Además estamos entre los primeros exportadores a nivel global.
Según la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc) el año pasado se cerró casi tres millones de toneladas exportadas por un valor próximo a los 8.279 millones de euros vendidos a más de 100 países. El Informe Interactivo de Comercio Exterior, que elabora el Ministerio de Agricultura, estima unas ventas al exterior por un montante de 6.796,51 millones y unas importaciones que apenas superan los 271 millones.
Una actividad que cuenta con 48.768 explotaciones y más de 2.600 industrias repartidas por toda España en 2022. Al respecto, De Saja (Cesfac) apunta a La Información que "por mucho que los mercados dieran por descontado ya la renovación del acuerdo, esta va en la dirección correcta" y cree que puede ser un elemento que dé seguridad a los mercados internacionales. Según el índice de precios de los cereales de la FAO este situó en los 147,3 puntos en febrero, un 0,1% menos que en enero y un 1,4% menos que hace un año sumando tres meses consecutivos de bajadas. Por otro lado, los precios internacionales del trigo repuntaron apenas un 0,3% en el segundo mes del año.
El pienso, un insumo más asequible
Sin embargo, ¿lo vamos a notar en nuestros bolsillos? Los ganaderos tienen en los piensos un insumo más asequible gracias a la lluvia del grano ucraniano, pero como ha recordado Saja (Cesfac), la factura de los productores primarios engorda en otros capítulso como el de la energía (gasóleo, electricidad...) y otras materias primas como el cartón, el papel y los fertilizantes. "Hasta que no baje la energía, no se trasladará esta rebaja al consumidor", apunta el representante de los fabricantes de piensos.
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