La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), el 'think tank' asociado a CEOE, ha presentado este lunes una propuesta para elevar la participación laboral de los trabajadores una vez superados los 65 años o la edad legal de jubilación. Para ello, ha planteado crear un nuevo contrato laboral para canalizar la compatibilidad del cobro de la pensión y el mantenimiento de un empleo, a tiempo parcial o completo. Además, para incentivar a las empresas adherirse a ese modelo, plantean que la indemnización por despido se revierta a cero, de manera que se establezca un periodo mínimo de preaviso en el que las dos partes puedan romper el contrato.
El subdirector de Fedea, José Ignacio Conde-Ruiz, ha explicado en rueda de prensa que la legislación actual está pensada para que los trabajadores se retiren en cuanto les llega la edad de jubilación "porque molestan" y porque existe "la percepción errónea de que las personas mayores quitan el trabajo a los jóvenes", una falacia que iguala a la de "que los inmigrantes nos quitan el trabajo". Para el director de Fedea, Ángel de la Fuente, es necesario modificar la normativa sobre jubilación activa para que los trabajadores puedan decidir voluntariamente si se quieren retirar y a qué ritmo, haciéndolo compatible con el cobro de la pensión.
El objetivo de la propuesta de Fedea es que el jubilado activo pueda seguir trabajando sin restricción alguna: a tiempo completo o parcial, en la misma o distinta empresa, por cuenta ajena o propia, sin topes máximos de retribución y con la pensión compatible al 100 % con cualquier salario o renta. Al tratarse de trabajadores que ya tienen la seguridad de su pensión pública, se plantea un contrato con un régimen extintivo especial sin coste de despido para la empresa contratante, en el que se podría establecer un periodo mínimo de preaviso al trabajador y la empresas para romper libremente la relación laboral en caso de desistimiento de cualquiera de las partes.
Respecto a las cuotas sociales, la propuesta de Fedea no descarta que el jubilado activo siga cotizando, pero siempre que una vez finalizado el tiempo de trabajo se recalcule al alza la pensión. Es decir, los economistas no han terminado de detallar la propuesta, pero contemplan un modelo en el que el trabajador que extienda su vida laboral pueda elegir entre cotizar más y después ver aumentada su pensión final, una vez acceda a la jubilación de forma definitiva o, por el contrario, pagar menos cotizaciones y mantener la pensión inicial que hubiera tenido a los 65 años.
