A la espera del plan de choque del Gobierno

El FMI urge a Sánchez a actuar para evitar quiebras y despidos por el coronavirus

  • El organismo desaconseja nuevas medidas de gasto público para estimular la economía y cuestiona la idea de subir el SMI para reducir la desigualdad.
Fotografía Pedro Sánchez, luz roja / EFE
Fotografía Pedro Sánchez, luz roja / EFE

Un mes y medio después de la primera confirmación de un caso de coronavirus en España (La Gomera, 31 de enero) y más de una semana después de que se oficializara el primer fallecimiento de un paciente afectado por el virus, los agentes económicos continúan esperando las medidas del Gobierno para atenuar el ya innegable impacto económico que la crisis sanitaria va a tener sobre la economía española. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido este miércoles -en el marco de la publicación de su informe anual sobre España- de que ese impacto económico será significativo en el corto plazo, y podría ser incluso relevante sobre el crecimiento esperado para el conjunto del año en la medida en que la crisis se extendiera más allá de lo esperado; y ha instado al Gobierno de Sánchez a adoptar medidas de la forma más rápida posible para evitar que esta crisis se acabe traduciendo en quiebras empresariales y despidos de trabajadores.

En este sentido, el FMI ha urgido al Gobierno de España a dar "apoyo específico a los más afectados", y ha recomendado que esas medidas extraordinarias se intensifiquen, si corresponde, "según sea necesario para prevenir y contener el virus y mitigar el impacto económico". La responsable de la misión del FMI para España, Andrea Schaechter, ha resumido la posición del organismo a este respecto diciendo que España debe priorizar, en primer lugar, que los centros sanitarios dispongan de los recursos económicos y humanos necesarios para contener la propagación del virus, y, en segundo lugar, la adopción de medidas de apoyo a los trabajadores y a las empresas para conseguir que las restricciones a la actividad derivadas de la alerta sanitaria no se traduzcan en una oleada de quiebras y despidos, un riesgo que los empresarios ya han empezado a deslizar.

La portavoz del FMI ha aclarado que todavía es pronto para realizar una proyección del impacto efectivo que la crisis del coronavirus puede tener sobre la economía española en el corto plazo, aunque ha admitido que  éste será significativo en el corto plazo y que, de alguna manera, agudizará más de lo esperado la ralentización del crecimiento español. El informe del FMI dice, en concreto, que "se espera ahora que las perturbaciones temporales ocasionadas por el brote de coronavirus a las cadenas de suministro, el comercio, el turismo y el consumo interno ralenticen aún más el crecimiento económico en 2020" y que las perspectivas de crecimiento de la economía española para este ejercicio son a día de hoy "sumamente inciertas".

El impacto final, ha asegurado la jefa de la misión del FMI para España, dependerá por un lado del tiempo que tarde en desaparecer la amenaza del coronavirus del escenario y, por otro, de la "capacidad de recuperación" que muestre España en los meses siguientes, en un contexto condicionado no sólo en España sino en todo el mundo. No obstante, el FMI ha advertido contra la tentación de utilizar el presupuesto público para estimular la actividad económica a golpe de políticas de gasto tras el 'shock' del coronavirus. El organismo recomienda a este respecto a España una política presupuestaria neutral y que se deje actuar a los denominados estabilizadores automáticos. En otras palabras, recuerda a España que tiene aún un elevado nivel de deuda pública y una necesidad de consolidación fiscal y que cualquier medida de gasto que se adopte debería estar soportada en un ingreso que la financie.

Sin mencionarla de manera expresa, el informe del organismo cuestiona implícitamente la línea de la política fiscal del Gobierno. Admite que existe margen para obtener nuevos ingresos, pero que éste está, sobre todo, en el IVA y además en la fiscalidad ambiental y los impuestos indirectos sobre determinados productos, en los que la presión fiscal en España es inferior a la de otros países. Ni una mención ni a los impuestos a los ricos, ni al Impuesto de Sociedades ni a los nuevos impuestos sobre la economía digital y las transacciones financieras.

La ineficacia de subir el SMI para luchar contra la pobreza

El Fondo Monetario Internacional no ha eludido entrar en el debate de moda: la subida del SMI. El organismo considera adecuado el enfoque del Gobierno de luchar con la desigualdad y el fenómeno de los trabajadores pobres, pero entiende que hay herramientas más adecuadas que el Salario Mínimo para hacerlo. En este sentido aboga por la introducción de créditos fiscales a los rendimientos del trabajo en la línea del célebre 'complemento naranja' impulsado por Ciudadanos en la recta final de la última legislatura de Mariano Rajoy y que el Gabinete Sánchez derogó nada más llegar al poder. Una medida que, dice el FMI, "constituye una herramienta mejor dirigida y más eficiente que el salario mínimo a la hora de abordar la pobreza y la desigualdad de renta".

El informe también entra en el uno de los temas recurrentes de las recomendaciones del FMI hacia España: la rigidez del mercado laboral. El organismo advierte de que la ausencia de reformas de los últimos años han agotado la capacidad del país para generar nuevos puestos de trabajo y augura grandes dificultades para rebajar la actual tasa de paro, todavía en el entorno del 14%. El Fondo detecta la persistencia de focos de rigidez en el mercado laboral, que están detrás de las elevadas tasas de desempleo y de otras distorsiones como la dualidad del mercado de trabajo, y aboga por incrementar la flexibilidad.

En su última visita a España, los analistas del FMI se preocuparon especialmente por conocer la visión de los institutos de análisis y de las empresas sobre el eventual impacto de la reforma laboral que está preparando el Gobierno, y parte de esas reflexiones se filtran al informe especialmente en la advertencia que hace el fondo sobre la necesidad de mejorar la capacidad de las empresas para adaptarse a las condiciones de la economía en la negociación colectiva, a través de los convenios de empresa, cuya prevalencia sobre los de sector el Ministerio de Trabajo quiere derogar antes del verano.

Mostrar comentarios